En México, un alarmante total de 38 toneladas de alimentos se desperdician cada minuto, lo que equivale a un tercio de la producción alimentaria del país. Esta cifra resulta suficiente para alimentar a casi 29 millones de personas. La problemática no se limita únicamente a lo que se deja en los platos, sino que también se debe a deficiencias en la gestión de inventarios y en la trazabilidad de los productos.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, en 2019 se desperdiciaron 931 millones de toneladas de alimentos a nivel global, de las cuales el 13% provino del comercio minorista, incluyendo supermercados y pequeños almacenes. Este desperdicio representa un impacto considerable en los ingresos de los fabricantes, alcanzando hasta un 4% en sus ventas.
La cultura del manejo responsable de los alimentos debe ser una práctica cotidiana y no un recordatorio ocasional cada 29 de septiembre, día en que se conmemora el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos. Cada tonelada que se pierde podría nutrir a millones de personas y gran parte de este desperdicio es evitable. “Contar con estándares modernos de identificación a lo largo de toda la cadena de suministro es esencial para reducir el desperdicio de alimentos”, afirmó Osiris López Rojas, gerente de vinculación a la salud en GS1 México.
Un ejemplo de esta situación se observa en Sinaloa, el principal productor de jitomate del país. Allí, los agricultores pueden recolectar y empaquetar su cosecha, pero muchas veces los productos no llegan a su destino, debido a problemas en la gestión del inventario. Esta situación podría ser corregida con herramientas como los códigos 2D, que permiten generar identificadores únicos para rastrear los productos desde el campo hasta la mesa del consumidor.
Con la implementación de estos sistemas, las empresas tendrían la capacidad de monitorear productos en tiempo real, permitiendo identificar aquellos que están próximos a caducar y así garantizar una gestión de inventarios más eficiente. Además, esto permitiría a los minoristas aplicar precios dinámicos, ofreciendo descuentos automáticos a los consumidores que compren artículos cercanos a su fecha de caducidad. Este uso generalizado de los códigos 2D podría llevar a una reducción significativa del desperdicio de alimentos.
La transición de los códigos de barras a los códigos 2D ya ha comenzado en México, y se espera que para 2027 su uso se adopte de manera más amplia a nivel global. Este cambio será tan significativo como la transición de televisión analógica a digital que ocurrió en 2015.
Los códigos 2D permitirán a los consumidores acceder a información crucial como fechas de caducidad, consejos de almacenamiento, recetas, origen del producto y su impacto ambiental. “Esto ayudará a las personas a tomar decisiones más informadas en sus compras y consumo, contribuyendo así a la reducción del desperdicio de alimentos”, destacó López Rojas.
Actualmente, existen más de 200 casos de éxito a nivel internacional que demuestran que la implementación de códigos 2D ayuda a disminuir la pérdida de alimentos. Un ejemplo es la cadena australiana Woolworths, que logró reducir su desperdicio en un 40% tras aplicar estos códigos para mejorar la trazabilidad de sus productos.
La meta global planteada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 es ambiciosa: se busca reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita en el comercio minorista y entre los consumidores, además de minimizar las pérdidas a lo largo de toda la cadena de producción y suministro.
La concientización es un paso fundamental para cambiar hábitos, pero la verdadera transformación operará a través de la digitalización, que permitirá una gestión más eficiente y transparente. Con tecnología, conciencia y voluntad, cada alimento puede convertirse en una oportunidad, y cada decisión en un motor de cambio. “Cada actor de la cadena –productores, distribuidores, minoristas y consumidores– tiene un papel que desempeñar. La digitalización y los estándares como los códigos 2D están aquí para ayudarnos a construir cadenas de suministro más eficientes y sostenibles”, concluyó Osiris López.
GS1 México tiene 39 años facilitando el comercio omnicanal y el ecommerce, destacándose por la asignación del Código de Barras y la administración del sistema de identificación del país, fortaleciendo el proceso comercial de sus más de 28,000 asociados.