4 de cada 10 españoles mayores de 55 años revelan que la idea de envejecer les genera una fuerte preocupación, según datos recién difundidos por el V Barómetro del Consumidor Sénior, elaborado por el Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE.
Este hallazgo impacta urgentemente al mostrar que el 41% de la población sénior en España admite tener miedo “bastante” o “mucho” a la madurez, una cifra que subraya los temores actuales alrededor de la salud, la jubilación y los cambios personales que anticipan esta etapa vital.
La ansiedad incrementa en adultos cercanos a los 60 años
El estudio revela un comportamiento desigual según la franja de edad: en el grupo de 55 a 59 años, solo el 19% afronta el envejecimiento con tranquilidad, pero esa percepción va mejorando entre quienes tienen más edad.
Entre los 60 y 64 años, el porcentaje de quienes se sienten calmados sube al 23%, mientras que en el rango de 65 a 69 años se sitúa en 21%. Sorprendentemente, son los mayores de 70 años quienes muestran mayor serenidad con un 32%, revelando que con el tiempo se aprende a relativizar los temores iniciales.
Vitalidad y autonomía, un contraste frente a la preocupación por envejecer
A pesar del miedo común, el reporte “Séniors y Salud en España” del mismo centro de investigación muestra que los mayores se sienten vitales y acompañados en su día a día, con una calificación de 8.1 sobre 10. Además, expresan ilusión por el futuro (7.6) y afirman su independencia con un contundente 9.2 en no necesitar ayuda.
El 41% de los mayores de 55 años organiza actividades sociales semanales como comidas, viajes y actividades culturales que fortalecen sus vínculos, una señal positiva que contrasta con sus preocupaciones iniciales.
Expertos llaman a fomentar un envejecimiento activo y positivo
Juan Fernández Palacios, director del Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE, advierte que “envejecer no conlleva un deterioro radical de la salud y la clave está en impulsar políticas e iniciativas que promuevan un envejecimiento activo y saludable”.
Esta visión adquiere relevancia urgente para México, donde la población mayor también crece rápidamente y enfrenta retos similares en salud pública y bienestar social.
Expertos coinciden en que reconocer el envejecimiento como una etapa con oportunidades y desafíos debe ser una prioridad inmediata para garantizar calidad de vida y autonomía a los adultos mayores.
¿Qué sigue?
El llamado está puesto en las autoridades y sociedad para desarrollar programas que permitan a los seniors mexicanos y españoles vivir con menos miedo y más posibilidades de mantenerse activos, saludables y socialmente conectados.
La tendencia al aumento de la serenidad después de los 70 años debe inspirar acciones concretas para acompañar a los adultos mayores desde edades más tempranas y así reducir la ansiedad vinculada a la madurez.
El envejecimiento ya no puede verse solo como problema, sino como una etapa vital para promover bienestar integral.