El Día del Abuelo se celebra en Tlaxcala y en todo México como un homenaje a esas figuras entrañables que, con amor y paciencia, sostienen la vida familiar. En esta fecha especial, se reconoce el tiempo y la dedicación que los abuelos invierten en las nuevas generaciones, fortaleciendo los lazos familiares a través de su sabiduría y cariño.
El juego y la alegría de ser abuelo
Para Miguel Hernández, ser abuelo significa reencontrarse con la alegría de la infancia. Su nieta le ha devuelto esa chispa que no pudo compartir con su hija por las exigencias del trabajo. “Con mi hija casi no jugué porque tenía que trabajar, pero con mi nieta es distinto; jugamos fútbol, corremos, pintamos… es increíble. El juego es la manera más bonita de aprender la vida”, asegura Miguel. Su reflexión sobre la comunicación familiar es crucial: “Los celulares han provocado que, aunque vivamos bajo el mismo techo, nos desconectemos. La familia se fortalece con diálogo y convivencia, no con mensajes a la distancia”.
Víctor Manuel Meneses también comparte su experiencia, destacando que el tiempo con sus nietos le permite enmendar lo que quedó pendiente en su relación con los hijos. “Con los hijos siempre había prisa, había trabajo y compromisos. Ahora con los nietos tengo la oportunidad de darles todo ese amor que antes no pude expresar”, comenta. Para él, ser abuelo representa no solo la oportunidad de vivir con calma, sino también un compromiso de compañía y guía.
La importancia del vínculo intergeneracional
La experiencia de Irma Carolina Romero resuena con un cariño incondicional: “Con los hijos teníamos toda la responsabilidad, había que correr con los gastos, la escuela, la salud. Con los nietos ya no existe esa carga, solo queda amarlos y apapacharlos”. Recuerda con emoción el nacimiento de su primer nieto y confiesa que cada uno de ellos ha sido un regalo de vida. Ahora, como bisabuela, asegura que la emoción de recibir a un nuevo integrante en la familia no cambia con el tiempo. “No se debe privar a los niños de la convivencia con los abuelos; es un vínculo que enriquece su vida y deja recuerdos imborrables”, enfatiza.
La voz de Teresa Ortiz refleja la sabiduría de los años: “Ser abuela es continuar la vida, es dar consejos y compartir experiencias. A veces queremos sobreproteger a nuestros nietos porque no queremos que pasen por lo que nosotros vivimos, pero lo más importante es estar ahí, brindar apoyo y cariño. Es un regalo que nos permite dejar huella”.
Todos coinciden en un punto esencial: ser abuelos no es dar un paso atrás en la vida, sino convertirse en un puente que une el pasado con el futuro, en guardianes de la memoria familiar y maestros de valores. Sin embargo, también expresan su preocupación por la soledad que enfrentan muchos adultos mayores en la actualidad. Según datos de la UNAM y la Encuesta de Salud y Nutrición (ENSANUT), el 16 por ciento de los adultos mayores en México sufre de maltrato y abandono, mientras que un 20 por ciento vive en soledad, ya sea por descuido del gobierno o de sus propias familias.
En este contexto, las palabras de Miguel resuenan con fuerza: “Los jóvenes necesitan comunicación, orientación y cariño. La familia es el núcleo de todo; cuando se rompe ese lazo, la sociedad también se quiebra”. El Día del Abuelo se convierte así en un llamado a reflexionar sobre el rol fundamental de los adultos mayores. En cada consejo, en cada juego compartido y en cada historia contada al calor de la sobremesa, los abuelos no solo transmiten recuerdos, sino también valores que sirven de guía para las nuevas generaciones.
En Tlaxcala, a través de las voces de Miguel, Víctor, Irma y Teresa, se rinde homenaje a los abuelos, quienes son la raíz y el sostén de la familia. El amor que ellos ofrecen es infinito, incondicional y eterno, y su deseo más profundo es ser recordados y permanecer activos en el corazón de sus seres queridos.