La Junta de Andalucía lanzó el periodo oficial de la caza mayor, que arrancó el 11 de octubre y se extenderá hasta el 8 de febrero de 2026. Esta temporada contempla la caza de especies clave como el ciervo, gamo, muflón y jabalí, habilitando al sector cinegético a operar todos los días, incluidos festivos, y bajo estrictas normas de seguridad.
De acuerdo con la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente, este ciclo está enmarcado en el Plan Andaluz de Caza, que regula y ordena la actividad para impulsar la sostenibilidad, la conservación del entorno y el desarrollo rural en Andalucía. Un dato destacado: más del 80% del territorio andaluz se destina a la caza, la cual practican más de 163,000 cazadores con licencia vigente.
Control poblacional y modalidades especiales
El control de poblaciones silvestres es clave para mantener el equilibrio ecológico y evitar daños en la agricultura, especialmente por el jabalí. Por ello, se autoriza su caza diaria mediante la modalidad de aguardo nocturno desde el 10 de agosto hasta el 8 de febrero en cotos de caza mayor y menor.
Respecto al corzo, su caza tendrá un segundo ciclo entre 1 de marzo y 15 de abril, pero con la condición de que solo se realicen batidas en cotos con planes técnicos aprobados en marzo. Además, quienes hayan cumplido cuotas para ciervo, gamo y muflón podrán pedir ampliar su periodo hasta el 31 de mayo, siempre que mantengan medidas contra el cerdo asilvestrado.
Otro punto clave es la regulación para la caza a rececho de hembras, que podrá efectuarse entre el 15 de noviembre y 15 de enero para controlar sus poblaciones, reforzando así la gestión sostenible de las especies.
Seguridad estricta y recomendaciones para cazadores
Las autoridades andaluzas enfatizan la importancia del cumplimiento estricto de las normas de seguridad y los planes técnicos vigentes. Se recomienda a los cazadores planificar sus jornadas, comunicar sus itinerarios y asegurar que todos conozcan protocolos de seguridad y primeros auxilios.
En caso de accidente, se orienta conservar la zona, alertar al responsable y contactar a emergencias vía 112 o 061. También instan a tener definidos puntos seguros para evacuación aérea en zonas cinegéticas, maximizando la seguridad.
Impacto social y económico fundamental
La caza mayor no solo tiene un impacto ambiental, sino también un rol socioeconómico enorme en Andalucía. El sector emplea a unas 45,000 personas, con más de 12,000 directamente vinculadas. Este motor económico mueve alrededor de 3,500 millones de euros anuales y aporta cerca de 71 millones de euros de forma directa, consolidándose como pilar rural.
Además, la actividad ayuda a fijar población en zonas con riesgo de despoblación, revitalizando tradiciones culturales y generando servicios complementarios en hostelería y transporte.
Sostenibilidad y conservación a la vanguardia
El Plan Andaluz de Caza busca garantizar un equilibrio entre aprovechamiento cinegético y conservación del medio ambiente. Gracias a un manejo adecuado —basado en estadísticas actuales de poblaciones y capturas—, la caza se convierte en un aliado para regenerar hábitats, prevenir enfermedades agrícolas y mantener el equilibrio ecológico.
Actualmente, la colaboración estrecha entre cazadores, gestores ambientales y autoridades es fundamental para mantener este modelo sostenible que protege el patrimonio natural andaluz y asegura la continuidad de esta actividad tradicional con respeto al entorno.
Con esta apertura, Andalucía reafirma su compromiso con una caza moderna y responsable, que conecta a sus comunidades rurales, protege especies y ecosistemas y aporta un motor económico clave para la región.
