ACTUALIZACIÓN URGENTE: Una intensa disputa entre las empresas brasileñas Marfrig Global Foods S.A. y Minerva S.A. se desata en Uruguay por la venta de tres plantas empacadoras de carne, un conflicto que cobra fuerza en el contexto de la guerra arancelaria impulsada por el presidente de EE.UU., Donald Trump.
La controversia empezó en 2023 cuando Marfrig acordó vender las plantas a Minerva por alrededor de 125 millones de dólares, pero las autoridades uruguayas bloquearon la transacción debido a una ley antimonopolio. Si se hubiese concretado, Minerva habría controlado más del 40% del mercado cárnico local, según revela Bloomberg.
Tras el paro de la operación, Marfrig considera cancelada la venta, alegando incumplimiento de condiciones; sin embargo, Minerva asegura que la transacción sigue en pie gracias a una apelación ante la justicia local.
Este conflicto no es solo un asunto empresarial. En medio de los aranceles del 50% impuestos por Trump a Brasil, tener acceso a estas plantas en Uruguay sería una ventaja clave para Marfrig, que podría evitar tarifas al exportar a EE.UU. Actualmente, la compañía es uno de los principales proveedores de carne bovina a Estados Unidos y se ve afectada por los nuevos aranceles, ya que opera mayormente desde Brasil.
Por otro lado, Minerva, que tiene filiales en Paraguay, Argentina y otros países de la región, podría tener más flexibilidad para mitigar los impactos de los aranceles estadounidenses.
Desde el 7 de agosto, los aranceles han comenzado a aplicarse a productos fundamentales para la economía brasileña, como el café y la carne de res. Trump ha calificado la relación comercial entre Washington y Brasilia como “muy injusta”, lo que ha llevado a Brasil a evaluar sus respuestas ante estas medidas.
En el primer semestre de este año, Brasil exportó cerca de 181,000 toneladas de carne de res a EE.UU., generando ingresos de aproximadamente 1,000 millones de dólares, lo que representa un aumento del 113% en volumen comparado al año anterior. A pesar de las proyecciones optimistas de cerrar el año con 400,000 toneladas de carne exportada, este objetivo se ve ahora como “inviable” debido a la dura imposición de aranceles.
Mientras tanto, ha comenzado un plazo de 30 días para que la Cámara de Comercio Exterior examine la posibilidad de sancionar las medidas de EE.UU. conforme a la Ley de Reciprocidad Económica, un desarrollo que podría tener repercusiones significativas en el comercio cárnico entre ambos países.
La situación se mantiene en desarrollo, y el impacto de esta guerra de aranceles podría redefinir el panorama de la industria cárnica en Sudamérica. Las empresas y gobiernos de la región están en alerta ante las decisiones que se tomen en los próximos días.
