ACTUALIZACIÓN URGENTE: El asesinato de Carolina Plascencia Carvajal ha conmocionado a la comunidad de Cuautla, donde fue acribillada el pasado 12 de enero mientras conducía su vehículo. La presidenta interina de la Asociación de Usuarios del Río Cuautla (Asurco) y candidata a la presidencia del organismo, fue atacada por dos hombres en motocicleta y un vehículo compacto en un acto que se sospecha tiene motivaciones políticas.
Este crimen es alarmante en un contexto donde los feminicidios se han normalizado en la región, pero el impacto de la muerte de Carolina se siente más profundo debido a su papel en la lucha contra el crimen organizado relacionado con el Proyecto Integral Morelos (PIM). Carolina había asumido la presidencia suplente de Asurco tras el ataque armado que sufrió su predecesor, Antonio Domínguez Aragón, en 2024.
La elección para la renovación del comité de Asurco está programada para el 28 de septiembre, y Carolina se había postulado para liderar la agrupación en los próximos tres años, buscando un cambio en un entorno cada vez más violento y complicado. Este asesinato se suma a un patrón de violencia en la región, que ya cobró la vida de Francisco Vázquez, miembro del Consejo de Vigilancia de Asurco, en febrero de 2022. Vázquez había sido un crítico del PIM, que ha generado tensiones y resistencia en la comunidad debido a su impacto ambiental y social.
El Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua Morelos, Puebla, Tlaxcala ha denunciado que la llegada del PIM ha traído consigo un incremento en la violencia y el poder del crimen organizado en las áreas de conflicto. Este megaproyecto, impulsado por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), ha sido objeto de controversia desde su concepción, y su operación ha estado marcada por litigios y protestas.
La muerte de Carolina Plascencia no solo refleja la creciente violencia en la región, sino también un ataque directo a la voz de quienes se oponen a los intereses del crimen organizado y a las políticas gubernamentales que favorecen proyectos cuestionados. Su asesinato evoca el recuerdo del asesinato de Samir Flores en 2019, otro defensor del medio ambiente que fue asesinado por su oposición al mismo proyecto.
Las autoridades locales aún no han dado detalles sobre las investigaciones en curso, y los habitantes de Cuautla se sienten cada vez más inseguros en un ambiente donde la violencia parece ser la norma. Este crimen resalta la urgencia de abordar la crisis de seguridad y los feminicidios en México, así como la necesidad de justicia para quienes luchan por sus comunidades.
Mientras la comunidad llora la pérdida de Carolina, se intensifica la demanda por respuestas y justicia en un contexto donde los defensores de derechos humanos y del medio ambiente están en riesgo. La situación en Cuautla sigue desarrollándose, y todos los ojos están puestos en las autoridades para que actúen con rapidez y eficacia en la investigación de este brutal asesinato.