La ciudad de Atlanta ha puesto en marcha una iniciativa que requerirá que todos los nuevos edificios dispongan de “techos fríos”. Esta estrategia busca mitigar el calor en el interior de las viviendas y en el entorno urbano, ofreciendo una solución económica y eficaz para el cambio climático local.
Según estimaciones, la implementación de esta política podría reducir la temperatura en las áreas más cálidas de la ciudad hasta en 14.27 grados centígrados, además de generar un ahorro de más de 310 millones de dólares en consumo energético a lo largo de los próximos 35 años.
El concepto de “techo frío” se refiere a una capa de pintura blanca o a tejas diseñadas específicamente para reflejar la radiación solar. Esta tecnología pasiva no requiere energía adicional para su funcionamiento y su costo de instalación es comparable al de los techos convencionales.
Al igual que una camisa negra absorbe más calor que una blanca, un techo oscuro retiene más energía solar, lo que incrementa la temperatura interior del edificio. Por el contrario, un techo claro refleja la energía solar, manteniendo la estructura más fresca.
A diferencia de otras metrópolis como Chicago, Los Ángeles o Nueva York, donde las regulaciones generalmente se limitan a techos planos, el gobierno de Atlanta ha decidido que todas las construcciones nuevas, incluidas viviendas, oficinas y comercios, deberán cumplir con los estándares reflectantes establecidos en la nueva legislación. Esta normativa no obliga a sustituir techos existentes, pero se espera que el rápido crecimiento urbano permita un cambio gradual y duradero.
De acuerdo con The Cool Down, la instalación de estos nuevos techos será más económica que la de los techos tradicionales y su duración será mayor, ya que no sufrirán el mismo desgaste provocado por el calor. Greg Kats, director ejecutivo fundador de la Smart Surfaces Coalition, comentó que esta es “una manera muy rentable de hacer que la ciudad sea más saludable, más competitiva, reducir las facturas de energía y proteger los empleos”.
El “techo frío” es una solución que opera de manera autónoma. Para los techos planos de los edificios comerciales, puede ser suficiente con aplicar una simple capa de pintura blanca. Además, existen fabricantes que ofrecen tejas especiales que reflejan mejor la luz solar.
Según la Coalición de Superficies Inteligentes, el nuevo código de construcción en Atlanta podría disminuir la temperatura urbana en 16.44 grados centígrados durante los días más cálidos del verano y hasta en 14.27 grados en los barrios más calurosos.
El fenómeno de las islas de calor se presenta cuando las ciudades tienen temperaturas superiores a las de las zonas rurales circundantes. En Atlanta, elementos como el asfalto, el concreto y el ladrillo acumulan calor durante el día y lo liberan por la noche, elevando la temperatura urbana hasta 11 grados centígrados más que en el campo. Esta situación afecta especialmente a los barrios de bajos ingresos, donde hay menos árboles y menor acceso a aire acondicionado.
Este contexto es alarmante, dado que el calor extremo causa más muertes anualmente que los huracanes y tornados combinados, afectando en mayor medida a las poblaciones vulnerables, como ancianos, bebés y personas con enfermedades cardíacas o respiratorias. Aunque el aire acondicionado puede ser útil, también tiene un alto costo ambiental y económico, ya que consume mucha energía y genera más calor en el exterior, intensificando el problema.
Algunas ciudades, como Cleveland, han optado por combinar políticas de techos fríos con programas de reforestación urbana, buscando que todos los residentes tengan acceso a áreas verdes a menos de 10 minutos a pie para el año 2045. Los árboles proporcionan sombra, liberan vapor de agua que enfría el ambiente y absorben dióxido de carbono.