GUADALAJARA, Jal., 18 de julio de 2025.- A medida que el Atlas se enfrenta a tiempos inciertos en su trayectoria deportiva, el respaldo de sus seguidores se convierte en un refugio invaluable. Este viernes, cerca de 4 mil aficionados se congregaron en el Estadio Jalisco para ser testigos del último entrenamiento del equipo antes de su debut como local en el Torneo Apertura 2025.
El evento, conocido como el “banderazo rojinegro”, ha evolucionado en los últimos años hasta convertirse en una tradición profundamente arraigada entre los seguidores de los Zorros. La atmósfera en el estadio era electrizante, con cánticos y banderas ondeando en apoyo a los jugadores, quienes buscan comenzar la temporada con el pie derecho en el partido contra Cruz Azul.
Este banderazo no solo simboliza la unión entre el equipo y sus seguidores, sino que también refleja el deseo de los aficionados de mantener viva la esperanza en un momento de incertidumbre. Los hinchas sostienen que su apoyo es crucial, especialmente considerando los desafíos que enfrenta el equipo en esta nueva campaña. “Estamos aquí para mostrar que creemos en ellos, más allá de las dificultades”, expresó uno de los aficionados mientras ondeaba su bandera.
La relación entre el Atlas y su afición siempre ha sido especial, pero este año se siente aún más intensa. “Sabemos que el camino no será fácil, pero estamos listos para acompañarlos en cada paso”, añadió otro seguidor, resaltando el compromiso que sienten por el equipo. Los rostros de los jugadores reflejaban una mezcla de emoción y responsabilidad, conscientes de que cada partido será una prueba no solo de habilidad, sino de carácter.
El ambiente festivo del banderazo se complementó con la presencia de leyendas del club, quienes se unieron a los aficionados para motivar al equipo. La historia del Atlas está llena de altibajos, y este momento representa una oportunidad para escribir un nuevo capítulo, uno que los seguidores esperan sea brillante.
Con el primer silbato del árbitro a la vista, la afición confía en que su energía se traduzca en un buen desempeño en el campo. “Nosotros somos su motor, y el Estadio Jalisco será nuestro fortín”, afirmaron los fanáticos en un unísono que resonó en todo el recinto. Este tipo de apoyo, en momentos de crisis, es lo que distingue a los verdaderos aficionados del fútbol.
Por ahora, el Atlas se prepara para enfrentar a Cruz Azul con la esperanza de que el respaldo incondicional de su afición sea un factor determinante en el resultado. Con la mirada en el futuro, los Zorros saben que cada partido es una nueva oportunidad para recuperar la confianza y el orgullo que los caracteriza.
La unión entre el equipo y sus seguidores es más fuerte que nunca, y el banderazo rojinegro es un recordatorio de que, sin importar los obstáculos, la pasión por el fútbol es un lazo que une a toda la comunidad rojinegra.