En los últimos años, una tendencia notable ha surgido entre los jóvenes de México: el descenso en el consumo de alcohol y el auge de alternativas sin alcohol. Este cambio no es un fenómeno aislado. Según cifras proporcionadas por The Food Tech, en Estados Unidos se ha observado un aumento del 20% al 28% en la proporción de estudiantes universitarios que optan por la abstinencia. Esta tendencia también se refleja en México, donde las bebidas sin alcohol ganan popularidad y se afianza una cultura denominada “sober curious”.
La idea detrás de esta nueva cultura es que abstenerse de consumir alcohol no significa renunciar a la experiencia social de compartir una bebida. En este contexto, las bebidas conocidas como “eufóricas” están captando la atención de muchos. Más allá de ser una moda pasajera, estas bebidas están formuladas con ingredientes activos que buscan influir de manera sutil en el estado de ánimo, la atención o la energía. A diferencia de los cócteles tradicionales o las bebidas energéticas, las eufóricas ofrecen una experiencia más consciente y medida.
¿Qué son las bebidas eufóricas?
Las bebidas eufóricas no son simples jugos con etiquetas ingeniosas. Están diseñadas para proporcionar una experiencia con propósito, acompañando momentos específicos de manera positiva. Algunos de sus ingredientes más comunes incluyen la ashwagandha y la L-teanina. Se ha sugerido que la ashwagandha puede reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, mientras que la L-teanina mejora la atención sin causar ansiedad.
El mensaje que estas marcas promueven no es de prometer una euforia inmediata, sino de ofrecer energía funcional y estados mentales mejor definidos, como una mayor claridad o relajación. Sin embargo, esta industria emergente aún enfrenta desafíos, como la falta de regulación y estandarización. Las concentraciones de ingredientes activos pueden variar significativamente entre marcas, y aunque muchas fórmulas se basan en evidencia preliminar, no deben considerarse un sustituto de tratamientos médicos.
La popularidad de estas bebidas sigue creciendo, pero es importante que los consumidores sean conscientes de sus límites. Como con cualquier producto, el abuso puede tener efectos adversos, y es crucial consumirlas de manera responsable. A medida que más personas adoptan un estilo de vida “sober curious”, las bebidas eufóricas podrían convertirse en una parte integral del panorama social en México y más allá.