Bolivia vive un momento decisivo hoy en la segunda vuelta electoral que pondrá fin a 20 años de gobiernos de izquierda encabezados por el Movimiento al Socialismo (MAS) y Evo Morales, sumiendo al país en una crisis económica profunda.
Los bolivianos elegirán entre Rodrigo Paz, líder centroderecha que ganó sorpresivamente la primera vuelta, y el exmandatario liberal Jorge Quiroga, favorito según las últimas encuestas que le otorgan 44.9% frente a 36.5% de Paz, según Ipsos-Ciesmori.
Elección en auge tras crisis sin precedentes
El gobierno saliente de Luis Arce, quien dejará el poder el 8 de noviembre, entrega una economía en recesión, con una inflación anual que supera el 23% y reservas en dólares casi agotadas para sostener subsidios universales a los combustibles, una política que afecta directamente a la población.
El ciclo político iniciado con Evo Morales en 2006, marcado por la nacionalización del gas y la bonanza, se desploma ahora debido a una caída dramática de la producción petrolera que dejó casi seca la principal fuente de ingresos del Estado.
Rodrigo Paz, el inesperado trotamundos y heredero político
Rodrigo Paz, economista de 58 años y senador por Tarija, proviene de una influyente familia política; es hijo del expresidente Jaime Paz Zamora y llega a esta elección tras liderar la primera vuelta de manera sorpresiva, desafiando las encuestas previas que lo ubicaban en quinto lugar.
Su campaña “capitalismo para todos” propone fuertes recortes al gasto público, la formalización económica y reformas constitucionales orientadas a abrir Bolivia a inversiones privadas, aunque promete mantener subsidios solo para transporte público y sectores vulnerables.
Su recorrido vital incluye una infancia nómada entre España, Argentina, Chile, Perú, Venezuela y Panamá debido a persecuciones a su familia por regímenes militares. Su linaje incluye el guerrillero Néstor Paz y el cuatro veces presidente Víctor Paz Estenssoro, artífice del voto universal en Bolivia.
Jorge Quiroga, el “progringo” que busca retomar el poder
Por su parte, Jorge Quiroga, quien fue presidente interino en 2001 tras la renuncia de Hugo Banzer, aspira a coronar su primera elección presidencial tras intentos fallidos en 2005 y 2014. Exingeniero formado en Estados Unidos, es conocido por su firme oposición a Evo Morales y su alineamiento liberal neoliberal.
Quiroga se presenta como el candidato que pondrá fin al socialismo en Bolivia y la región, declarando su compromiso con la lucha por la democracia también en Venezuela y Cuba. Sus adversarios del MAS lo califican de “racista” y “progringo”, y hay temor en sectores indígenas de que con él Bolivia se fracture aún más.
Además de su perfil político, muestra una disciplina deportiva notable, compartiendo en redes sociales sus caminatas diarias y ascensos a picos nevados, lo que suma una dimensión humana a su imagen pública.
Un futuro incierto en juego
La votación de hoy definirá no solo al nuevo presidente sino también el rumbo económico y social de Bolivia, en medio de una crisis que afecta a toda la región. La derrota histórica del MAS abre una nueva etapa en un país que busca estabilizar su economía y encontrar un liderazgo capaz de recuperar la confianza y el crecimiento.
Los ojos de América Latina y del mundo están puestos en Bolivia, cuya elección marcará quizás un antes y un después en el tablero político y económico regional.
Próximos pasos: El presidente electo asumirá el 8 de noviembre y deberá enfrentar una economía muy deteriorada, según el Banco Mundial, con la expectativa de que alguna de las dos propuestas de derecha pueda estabilizar la situación sin desatar mayores tensiones sociales.
