La Comisión Europea ha decidido que no postergará la entrada en vigor de la ley contra la “deforestación importada” por un año más, como se había anunciado anteriormente debido a problemas informáticos. La normativa comenzará a aplicarse el 30 de diciembre de 2025, aunque con ciertas flexibilizaciones en las multas y en los procedimientos burocráticos para comprobar el origen de las mercancías, según informaron fuentes europeas a Efe.
Este reglamento, conocido en términos comunitarios como EUDR, tiene como objetivo evitar que determinadas materias primas y productos derivados consumidos en la Unión Europea (UE) contribuyan a la deforestación. Desde 1990 hasta 2020, se destruyó globalmente una superficie de masa forestal superior a la de la UE, y cerca del 10% de esta pérdida se atribuye al consumo europeo.
La ley afecta a productos como el ganado, el cacao, el café, el aceite de palma, la soja, la madera y el caucho, incluyendo sus derivados como cuero, chocolate o muebles. Originalmente, esta normativa debía entrar en vigor el 30 de noviembre de 2024. Presentada en 2021 y adoptada este año como parte del Pacto Verde Europeo, establece que las empresas que importen estas materias primas a la UE deberán demostrar, mediante un sistema de geolocalización, que su extracción no ha causado deforestación o degradación de bosques en las áreas de origen.
Esta normativa ha enfrentado críticas desde su inicio, no solo por parte de la administración estadounidense de Donald Trump, sino también de países como Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Venezuela, Indonesia, Malasia y Canadá. En junio, diecinueve ministros de Agricultura de la UE enviaron una carta a la Comisión solicitando una simplificación del proceso.
El reglamento había sido criticado previamente por la ultraderecha y el Partido Popular Europeo, quienes pidieron su retraso y suavización, mientras que los grupos socialdemócratas y los Verdes abogaron por mantener el rumbo propuesto. Aunque la Confederación Europea de Industrias de la Madera expresó su descontento, grandes productores de chocolate, como Nestlé, Mars Wrigley y Ferrero, respaldaron la normativa.
Con el paso del tiempo y en medio de la controversia, la Comisión Europea había decidido retrasar un año la implementación de este reglamento para facilitar su adopción por los socios globales. La primera prórroga establecía que las grandes empresas tendrían hasta diciembre de 2025 y las pequeñas hasta junio de 2026 para cumplir con los nuevos requerimientos.
En mayo de 2025, la Comisión publicó una lista de países cuyas exportaciones a la UE podrían estar relacionadas con la deforestación en origen. Este proceso generó tensión entre los Estados que temían ser señalados, y finalmente, solo se incluyó a Rusia, Bielorrusia, Corea del Norte y Birmania en la categoría de “alto riesgo”.
Recientemente, la Comisión ha realizado tres modificaciones importantes al reglamento. La primera establece que la ley entrará en vigor el 30 de diciembre, como estaba previsto, aunque las multas no se aplicarán hasta seis meses después de su implementación. Además, se aliviará la carga burocrática para las pequeñas y muy pequeñas explotaciones agrícolas y madereras, que solo tendrán que presentar una declaración anual de sus compras en lugar de hacerlo con cada adquisición.
Los bosques son fundamentales en la lucha contra el cambio climático, ya que capturan CO2 y albergan el 86% de la biodiversidad terrestre mundial. Según datos del Consejo de la UE, los bosques también generan 86 millones de empleos a nivel global. A días de la cumbre climática COP30 que se llevará a cabo en Belém, Brasil, se ha publicado un informe que advierte sobre la pérdida de 8,1 millones de hectáreas de bosque en el último año, lo que refleja un aumento en la tasa de deforestación en comparación con 2021, cuando los líderes mundiales se comprometieron a frenar este proceso.
































































