ACTUALIZACIÓN: Camila, una joven de 17 años, ha revelado que fue víctima de abusos sexuales por parte de su abuelastro desde los 9 años, una situación que la llevó a una profunda depresión y a intentar suicidarse. Su valiente declaración ha desatado una denuncia formal contra el agresor.
La historia de Camila comenzó cuando ella y su madre se mudaron a la casa de sus abuelos en Cali tras la separación de sus padres. En un inicio, Camila consideraba a su abuelastro como un “abuelo ejemplar”, pero esa percepción cambió drásticamente cuando empezó a experimentar los abusos. “Decía que íbamos a jugar y eran cosquillas, luego que acariciar… Se volvió brusco y ya eran toques que no son de un juego”, narró la joven a periodistas de Conducta Delictiva.
Los abusos se intensificaron con el tiempo, y la joven recordó momentos aterradores en los que su abuelastro aprovechó la soledad para tocarla de manera inapropiada. Esto la llevó a lidiar con pesadillas y una depresión severa, que culminó en un intento de suicidio a los 15 años. “Me tomaba unas pastillas de mi tía abuela, que son para dormir y otras psiquiátricas”, confesó.
Finalmente, Camila decidió romper el silencio y escribió una carta a su madre, donde detalló los abusos que había sufrido. “Le dije simplemente que un familiar de ella estaba haciéndome eso”, explicó. La respuesta de su madre fue fundamental, ya que ella también había sido víctima del mismo agresor en el pasado.
“Fue ese mismo día, fuimos a un parque y nos sentamos… me empezó a contar lo que le había pasado a ella”, relató Camila, quien encontró en su madre el apoyo que tanto necesitaba. Ambas, junto con otro familiar, decidieron denunciar a su abuelastro ante las autoridades, lo que resultó en su captura.
Esta situación ha provocado una ruptura en la familia materna de Camila, ya que algunos miembros decidieron apoyar al abusador. La valentía de Camila al compartir su historia resuena como un llamado a la acción para otras víctimas de abuso a hablar y buscar ayuda.
Es crucial que se tomen medidas para proteger a los menores y que estos casos se denuncien adecuadamente. La historia de Camila es un recordatorio de que el abuso puede ocurrir en cualquier entorno, incluso en el seno familiar, y subraya la importancia de crear un espacio seguro para que los jóvenes puedan hablar.
Las autoridades continúan investigando el caso y han hecho un llamado a otras potenciales víctimas a presentarse y denunciar. “Es esencial que ningún abuso quede en la oscuridad”, concluyó una fuente cercana al caso.
