La Ciudad de México da un giro radical en el manejo de residuos con la implementación obligatoria de la separación de basura en hogares, escuelas, negocios y oficinas a partir del 1 de enero de 2026. La Jefatura de Gobierno capitalina, encabezada por Clara Brugada, acaba de anunciar un plan ambicioso para transformar el sistema de reciclaje y tratamiento de desechos en la capital.
Este plan, bajo la bandera “Transforma tu Ciudad: Cada Basura en su Lugar”, pretende que todos los ciudadanos comiencen a separar sus residuos en tres categorías claves: orgánicos, inorgánicos reciclables, e inorgánicos no reciclables. Aunque la norma está vigente desde 2017, su aplicación práctica había sido limitada hasta ahora.
¿Por qué es urgente esta nueva estrategia?
La CDMX busca aumentar la eficiencia en la gestión de basura para aprovechar mejor los recursos y minimizar el daño ambiental. Con esta medida, se espera producir 400 mil toneladas de composta y reciclar la totalidad de los residuos de construcción, una cifra sin precedentes.
Además, se invertirá 250 millones de pesos en renovar la flota de camiones recolectores, lo que permitirá una recolección más eficiente y menos contaminante. También se ampliarán y crearán nuevas plantas de tratamiento en zonas críticas como Xochimilco, Milpa Alta, Tláhuac y se expandirá la planta del Bordo Poniente.
¿Qué va en cada bote y cómo afecta a los hogares?
Para evitar confusiones, la norma ambiental NADF-024-AMBT-2013 establece claramente qué residuos corresponden a cada categoría. Los residuos orgánicos incluyen restos de alimentos y materia biodegradable que pueden convertirse en composta.
Los inorgánicos reciclables comprenden materiales como plásticos, vidrio, metales y papel que puedan reintroducirse a sistemas de reciclaje.
Por último, los inorgánicos no reciclables son aquellos que no se pueden procesar y deberán recibir un manejo especial para evitar contaminación.
Este cambio requerirá que las casas cuenten con espacio suficiente para cada tipo de desecho, lo cual representa un reto para zonas con limitaciones de espacio, pero una oportunidad para mejorar la cultura ambiental en la capital.
¿Habrá multas por incumplimiento?
Por el momento, las autoridades aclararon que no se aplicarán sanciones inmediatas para quienes no cumplan, buscando primero fomentar el hábito y la conciencia ciudadana antes que el castigo.
“Queremos que la separación de basura sea parte de la vida diaria de todos, sin que genere preocupación, sino una oportunidad para cuidar nuestro entorno,” afirmó un portavoz oficial del Gobierno de la CDMX.
¿Qué sigue para los ciudadanos y autoridades?
En las próximas semanas, se espera que el gobierno capitalino lance campañas informativas y capacitaciones para que las familias y negocios puedan adaptarse a este nuevo sistema. También se instalarán nuevos contenedores en espacios públicos y se reglamentará su operación.
Este anuncio representa un paso decisivo hacia una ciudad más limpia y sostenible, alineándose con grandes metrópolis a nivel global que apuestan por una gestión responsable de sus residuos. La transición comienza ya y el compromiso ciudadano será clave para el éxito.
