Descubren marcas en el ADN que elevan el riesgo de depresión relacionada con la inflamación
Un nuevo estudio internacional acaba de revelar un avance crucial en la comprensión de la depresión mayor. Investigadores identificaron 15 marcas moleculares específicas en el ADN que funcionan como interruptores genéticos activados por experiencias de vida y vinculados directamente con la inflamación crónica.
Este trabajo, recientemente publicado en la revista Nature Mental Health, analizó a casi 25,000 personas de origen europeo y asiático oriental para rastrear los cambios epigenéticos asociados a la enfermedad, aportando la evidencia más sólida hasta ahora sobre cómo el ambiente y el estrés moldean nuestro ADN y aumentan el riesgo de depresión.
Epigenética, inflamación y depresión: una conexión clave
La investigación profundiza en la metilación del ADN, un proceso químico que enciende o apaga genes en respuesta a factores como el estrés, la dieta o el consumo de alcohol y tabaco. Los científicos identificaron 15 sitios CpG donde estas marcas epigenéticas están vinculadas a la depresión, muchas de ellas en genes relacionados con el sistema inmunológico y la inflamación.
Este hallazgo refuerza la idea emergente de que la depresión no es solo un trastorno cerebral, sino una enfermedad con impacto en todo el cuerpo donde la inflamación crónica juega un papel fundamental. Además, estas marcas genéticas se superponen con otros padecimientos como trastornos autoinmunes, obesidad y esquizofrenia, explicando por qué estas enfermedades suelen coexistir en las mismas personas.
Causalidad confirmada y futuros diagnósticos
Uno de los mayores retos fue definir si estos cambios son causa o consecuencia de la depresión. Gracias a una innovadora técnica llamada aleatorización mendeliana, el equipo determinó que es más probable que las variaciones en la metilación causen la enfermedad, no al contrario.
Además, se identificaron siete vínculos causales potenciales que abren la puerta a nuevos entendimientos y, eventualmente, a mejores herramientas diagnósticas. Los científicos crearon una “puntuación de metilación” que, aunque todavía no es precisa para diagnóstico clínico, señala un camino para detectar precozmente a personas con alto riesgo de desarrollar depresión.
Importancia para México y perspectiva global
Con millones de mexicanos afectados por la depresión, este estudio representa un avance vital para la salud pública mundial y local. Comprender cómo las experiencias de vida y el entorno modifican el ADN y aumentan riesgos podría mejorar la prevención y el tratamiento, así como disminuir el estigma asociado a esta enfermedad.
Los especialistas coinciden en que estos resultados colocan a la depresión como una enfermedad biológica real, con bases físicas medibles inscritas en nuestros genes y entorno, y que el futuro de la medicina psiquiátrica pasa por integrar esta nueva visión epigenética.
Próximos pasos y desafíos
El reto ahora es traducir este conocimiento en estrategias clínicas efectivas. El equipo internacional sigue trabajando en perfeccionar la puntuación epigenética para que pueda usarse en el diagnóstico precoz y en desarrollar intervenciones personalizadas dirigidas a modificar estas huellas genéticas a través de cambios en el estilo de vida y tratamientos específicos.
Este descubrimiento marca un paso de gigante hacia una mejor comprensión de la depresión, y sitúa a la epigenética como una clave para comprender cómo nuestro cuerpo reacciona a las experiencias, tanto negativas como positivas.
Xueyi Shen, principal autor del estudio: “Nuestros resultados demuestran que la depresión está inscrita en el DNA a través de marcas epigenéticas y relacionadas con la inflamación, ofreciendo nuevas vías para la prevención y el tratamiento.”
En un mundo donde los problemas de salud mental crecen, esta investigación abre esperanzas para millones que buscan respuestas basadas en evidencia científica tangible.
