ACTUALIZACIÓN: Clara Brugada Molina, jefa de gobierno de la Ciudad de México, anunció hoy un plan estratégico para revitalizar las zonas lacustres de Xochimilco y Tláhuac, en respuesta a las demandas de la comunidad. Durante una visita a San Gregorio Atlapulco, Brugada destacó la necesidad urgente de mejorar la gestión del agua y los sistemas de desagüe, vitales para el desarrollo agrícola en la región.
La mandataria, acompañada de productores y representantes ejidales, subrayó el compromiso de su administración por fortalecer la producción agrícola y preservar la identidad de las comunidades originarias. Este nuevo plan surge tras una consulta ciudadana donde los vecinos solicitaron medidas concretas para abordar los problemas de agua en la zona.
Brugada también reveló que la estrategia incluye la rehabilitación de espacios públicos mediante el programa ‘Yolotl Anáhuac’. Con esta acción, se busca impulsar el rescate de la ciudad lacustre, que ha sufrido abandono y deterioro en los últimos años.
Las autoridades de la CDMX han instruido a la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema), la Secretaría de Gestión Integral del Agua (Segiagua) y la Secretaría de Pueblos Originarios (Sepi) a coordinarse con la comunidad para diseñar un plan de manejo que garantice la conservación de los cuerpos de agua y lagunas en Xochimilco y Tláhuac.
Las acciones contemplan la participación activa de los habitantes, quienes podrán presentar propuestas en espacios de diálogo. Brugada anunció que se analizarán estas propuestas y prevé que, con base en los resultados, en 2026 se destine inversión para la recuperación de los cuerpos de agua en la ciudad.
En un evento simbólico, la jefa de gobierno participó en la primera cosecha de maíz de la zona ejidal, reafirmando su compromiso de fortalecer el campo en la capital. A través del programa Altépetl, se seguirán destinando recursos para impulsar la producción de maíz, vital para el suministro de alimentos y la sostenibilidad de la ciudad.
La Ciudad de México produce actualmente 3,000 toneladas de maíz nativo al año, y la administración busca aumentar esta cifra en un 15% el próximo año, enfocándose en prácticas agrícolas sin transgénicos. El ejido de San Gregorio Atlapulco, que cuenta con 475 hectáreas, tiene 276 hectáreas reservadas como zona de conservación comunitaria.
Este plan no solo es crucial para la agricultura local, sino que también representa un paso significativo hacia la recuperación de un patrimonio cultural y natural, reafirmando el compromiso de la administración de Brugada con el bienestar de las comunidades de Xochimilco y Tláhuac. La acción inmediata es necesaria para revertir años de descuido y fomentar un futuro sostenible para la región.
