Los clásicos del terror están más vivos que nunca en México con la llegada del Día de Muertos y Halloween, fechas en las que el miedo se convierte en protagonista. Tres obras maestras del género siguen estremeciendo a lectores al explorar el mal desde su raíz más profunda.
Robert Louis Stevenson sumerge a sus lectores en una pesadilla sobre la dualidad humana con El extraño caso del doctor Jekyll y mister Hyde. La terrorífica figura de Mr. Hyde personifica el mal absoluto, un ser pequeño, pálido y deformante que provoca repulsión indescriptible. Su origen en una bebida química esconde la brutalidad de una maldad violenta y lujuriosa que aún desafía la moralidad.
Este relato nació de una pesadilla del autor y se mantiene inolvidable por el misterio que envuelve a Hyde, cuyas acciones nunca se detallan del todo, dejando al lector atrapado en un miedo intangible a la corrupción interna.
Drácula, el terror vampírico que no pierde vigencia
Bram Stoker revolucionó el género con Drácula, publicado en 1897, una obra que utiliza un formato epistolar que crea cercanía e intensifica el suspenso al documentar un viaje a Transilvania. La clave del horror de esta novela está en mantener al villano oculto durante gran parte del relato, provocando un miedo antiguo: aquello que acecha invisiblemente y te observa sin ser visto.
Este clásico conecta con el miedo universal a lo desconocido y sigue vigente en la cultura popular mexicana, formando parte esencial de las tradiciones que evocan a los muertos y lo sobrenatural.
El horror cósmico y prohibido de Lovecraft en la era moderna
H.P. Lovecraft aporta un terror más intangible y escalofriante con El caso de Charles Dexter Ward, donde el poder prohibido y la invocación de demonios causan la aparición de fuerzas monstruosas fuera de control. Este relato es una advertencia directa: “No convoquéis nada que no podáis controlar”.
La atmósfera de la obra se construye a través de detalles sensoriales, como aullidos y olores, que invitan al lector a imaginar horrores inimaginables, un recurso que ha influido en la literatura oscura contemporánea, incluyendo la voz de escritoras argentinas como Mariana Enríquez.
Enriquéz, considerada una de las voces más importantes del terror moderno en Latinoamérica, explora ahora el mal en un contexto social y actual, abordando la violencia y los traumas colectivos, demostrando que el miedo muta pero nunca desaparece.
Para México, donde el Día de Muertos celebra el vínculo con lo sobrenatural, estas narrativas clásicas ofrecen un espejo para nuestros propios temores. Leerlos no solo es un homenaje a la tradición literaria mundial, sino una invitación a confrontar el miedo universal que sigue vivo cada año.
Este Halloween y Día de Muertos, revisitar estos títulos es volver a mirar lo oscuro que habita en nosotros y reconocer la vigencia del terror que nunca muere.































































