En un contexto de crisis económica que afecta a pequeños comerciantes en diversas regiones, se han comenzado a implementar medidas de ahorro para enfrentar los crecientes gastos fijos. La situación se ha vuelto crítica, especialmente para aquellos negocios que dependen de un flujo constante de ventas, el cual se ha visto seriamente disminuido.
Oscar Mario Medina Martínez, presidente de la Cámara Nacional de Comercio, destacó que muchas de estas acciones incluyen la regulación del uso de energía eléctrica y la optimización del aire acondicionado. “Con las ventas por los suelos, si no tomamos medidas, corremos el riesgo de desaparecer”, afirmó Medina, refiriéndose a la precariedad que enfrentan muchos pequeños comercios. La prudencia es clave, sobre todo al considerar que los sistemas de aire acondicionado, en particular los minisplit, consumen grandes cantidades de energía.
El impacto de las altas tarifas eléctricas se siente con más fuerza durante la temporada de verano, lo que lleva a los comerciantes a tomar decisiones difíciles, como apagar los sistemas de aire acondicionado en horas de menor afluencia de clientes. De esta forma, buscan reducir un gasto que, en muchos casos, resulta inasumible.
Sin embargo, la problemática no se limita al ámbito del ahorro energético. En el sector industrial, la inversión se ha visto frenada por la incertidumbre generada por las políticas arancelarias del Gobierno de Estados Unidos. Andrés Oyervides Ramírez, empresario a cargo de un parque industrial en Frontera, señaló que a pesar de un avance del 85 por ciento en la construcción de sus instalaciones, la situación actual ha hecho que muchos empresarios se muestren reticentes a invertir. “Hemos desembolsado cerca de 80 millones de pesos, pero la falta de claridad sobre el futuro de los aranceles dificulta las decisiones de inversión”, expresó.
Oyervides enfatizó la necesidad de que el Gobierno Mexicano logre un acuerdo favorable que permita reactivar la confianza entre los inversionistas. Sin un rumbo claro en las políticas comerciales, será difícil atraer empresas, sobre todo en el sector de la exportación, que es vital para la economía local.
La crisis también ha desnudado la realidad de comunidades como Hércules, Cerro del Mercado y La Perla, donde las condiciones de vida han llegado a ser verdaderamente alarmantes. La falta de empleo ha generado un escenario de hambruna y un deterioro significativo en la calidad de vida de los habitantes. Aunque alrededor de 1,200 familias aún residen en Hércules, se estima que solo unas 300 han decidido quedarse, en su mayoría personas mayores que no conocen otra forma de vida más allá del mineral.
“La realidad es dura pero cierta, lo malo es que nadie les tiende una mano para que salgan adelante”, comentó un habitante de la zona.
La situación se ha agravado por los constantes apagones de energía eléctrica en medio del calor extremo, lo que hace aún más difícil la vida cotidiana de los residentes. La comunidad se enfrenta a un futuro incierto, exacerbado por el cierre de AHMSA, que ha dejado a cientos de familias sin sustento y ha generado un efecto dominó en el resto de la región, afectando a otros municipios de Coahuila.
Con el panorama actual, no hay señales de que la situación mejore en el corto plazo. La falta de oportunidades y el estancamiento económico parecen ser desafíos que requerirán atención urgente para revertir la crisis que afecta a tantas comunidades. A medida que los comerciantes continúan buscando formas de sobrevivir, el apoyo gubernamental y la inversión son más necesarios que nunca para reactivar la economía y mejorar las condiciones de vida de quienes más lo necesitan.