El contrabando de mercancías y el huachicol fiscal se disparan en las Aduanas de Tamaulipas a más de cuatro años de su militarización ordenada por el gobierno federal, denunciaron empresarios y cámaras de comercio de la frontera.
La militarización, que inició en marzo de 2021 con la intervención de las fuerzas armadas en los cruces internacionales de Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros y Colombia, Nuevo León, no ha frenado las prácticas ilegales, sino que parece haberlas agravado, según expuso Roberto Cruz Hernández, secretario de la Federación Estatal de Cámaras de Comercio (Fecanaco).
“El problema empeora en los últimos años: Reynosa y todo el país están inundados de productos ilegales, particularmente de origen chino, que ingresan evadiendo impuestos y regulaciones, distorsionando el mercado legal”, alertó Cruz Hernández.
Además del contrabando, empresarios revelaron que bajo la gestión militar cruzan «impunemente cientos de pipas con huachicol fiscal», es decir, combustible importado sin los impuestos correspondientes al declararse como hidrocarburo de menor calidad, principalmente por la Aduana de Reynosa y Matamoros.
Una fuente del sector empresarial señaló que existen empresas dedicadas únicamente a importar aceites minerales utilizados en refrigeración que, en realidad, transportan combustible ilegal todos los días. “Es extraño que esto no levante sospechas en la administración militar”, cuestionaron.
Los denunciantes señalan que desde hace años la iniciativa privada ha alertado tanto a autoridades civiles como militares sobre el contrabando de combustibles, sin resultados ni acciones contundentes.
La gravedad del problema se agrava con la reciente investigación y detención de altos mandos navales vinculados a una red de huachicol fiscal, que involucra operaciones en el puerto de Altamira, Tamaulipas, lo que confirma la corrupción interna en los puestos bajo control de la Marina.
Este caso recuerda la muerte sin resolver del presidente de Fecanaco, Julio Almanza Armas, asesinado afuera de sus oficinas en Matamoros el 31 de julio tras denunciar reiteradamente estas irregularidades.
“Julio lo dijo: las Aduanas estaban podridas y los puertos bajo control naval son iguales”, afirmó una fuente cercana, exigiendo que la investigación no quede solo en acciones mediáticas.
Hasta ahora, ni la administración del gobernador Américo Villarreal, ni la Fiscalía estatal a cargo de Irving Barrios, ni la FGR encabezada por Alejandro Gertz han resuelto este crimen ni frenado la creciente impunidad en las aduanas.
El descontrol en las fronteras afecta directamente a las empresas formales, puestos de trabajo y la seguridad de los consumidores mexicanos, quienes enfrentan productos de dudosa calidad y riesgos asociados al mercado ilegal.
Las autoridades federales y locales enfrentan ahora el urgente reto de combatir esta red de corrupción y contrabando que, pese a la militarización, se mantiene activa en puntos clave de la frontera norte.
Se espera que en las próximas semanas se intensifiquen las investigaciones y operativos para desmantelar estas redes y recuperar la confianza en las aduanas mexicanas, un asunto de alta prioridad para la economía y seguridad nacional.
































































