Crecen jóvenes en Guanajuato sin pareja sexual y alerta expertos sobre salud mental
Guanajuato enfrenta un aumento significativo en el número de hombres jóvenes de entre 20 y 39 años que nunca han tenido una pareja sexual, una tendencia que refleja problemas profundos de aislamiento y desigualdad laboral, alertan especialistas.
De acuerdo con un análisis de la politóloga Viri Ríos basado en datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT), el porcentaje de hombres sin pareja sexual en Guanajuato pasó del 6.1% en 2012 al 8.2% en 2025. Este crecimiento, aunque parezca pequeño en términos porcentuales, representa miles de jóvenes afectados en un estado donde la industria crece pero también las desigualdades sociales.
Especialistas vinculan el fenómeno con la crisis económica, empleos precarios y la digitalización de las relaciones personales, factores que refuerzan la soledad y la frustración emocional en esta generación. En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, el caso recientísimo de un joven identificado con el movimiento “incel” que asesinó a un compañero en el CCH Sur de la UNAM ha puesto al borde la discusión sobre la salud mental masculina y el impacto de las comunidades digitales en México.
Factores que impulsan la falta de pareja sexual
El estudio de Viri Ríos descarta discursos simplistas vinculados solo con la falta de atractivo o recursos. Destaca que muchos hombres jóvenes sin pareja tienen educación universitaria pero enfrentan empleos inestables, bajos ingresos y poca cobertura en servicios de salud, lo que aumenta su vulnerabilidad emocional.
Guanajuato, con su ambiente industrial y competitivo, dificulta también la construcción de vínculos afectivos, particularmente en sectores laborales donde la presión y la inseguridad predominan. Este patrón se replica a nivel nacional, donde el porcentaje de hombres de 20 a 39 años sin pareja sexual subió de 4.7% en 2012 a 6.8% en 2025, es decir, más de un millón de personas.
Respuesta urgente para la salud mental
Expertos insisten en que la solución debe ir más allá de las cifras. Fortalecer los servicios de salud mental comunitaria, abrir espacios de escucha y promover educación afectiva y de autoestima son fundamentales para enfrentar esta crisis silenciosa que afecta a miles de jóvenes mexicanos.
“No se trata solo de estadísticas, sino de atender la salud emocional y social de los hombres jóvenes para que no se perpetúen sentimientos de marginación”, señala Viri Ríos.
El fenómeno vincula el aumento de los “incels”, comunidades digitales donde jóvenes comparten resentimientos y frustraciones por la falta de pareja, que muchas veces se traducen en discursos misóginos o violentos. Este contexto exige atención inmediata de autoridades y sociedad para evitar más tragedias como la reciente en la UNAM.
La transformación en las relaciones personales y laborales en el estado y en México marca un llamado urgente a diseñar políticas públicas que integren la salud mental masculina como prioridad para mejorar la calidad de vida de una generación que lucha con múltiples desafíos.
¿Qué sigue?
La vigilancia y el seguimiento de este fenómeno, especialmente en Guanajuato, se vuelven clave en 2025. El foco ahora está en crear estrategias intersectoriales que integren salud mental, bienestar social y desarrollo económico para revertir esta tendencia alarmante y proteger a los miles de jóvenes que hoy sufren aislamiento y frustración.