Las primeras horas de este lunes trajeron consigo una serie de inconvenientes para los usuarios del Metro CDMX, en particular para quienes transitan por la Línea 8. Desde el inicio del servicio, pasajeros fueron desalojados de los trenes, lo que no solo ocasionó retrasos significativos, sino también aglomeraciones en varias estaciones críticas del sistema de transporte.
A través de la red social X, anteriormente conocida como Twitter, la cuenta oficial del Metro CDMX informó que el tiempo de espera en la Línea 8, que conecta Garibaldi con Constitución de 1917, era de aproximadamente siete minutos. Sin embargo, los usuarios no tardaron en manifestar su descontento, desmintiendo esta información y reportando esperas que superaban los diez minutos.
Los problemas se hicieron evidentes cuando un tren presentó averías, obligando al desalojo de los pasajeros y generando un efecto dominó que impactó a toda la línea. La situación provocó la frustración de muchos, especialmente aquellos que salieron con tiempo para cumplir con sus compromisos laborales y personales.
Las quejas inundaron las redes sociales con comentarios como, “Oye MetroCDMX, qué onda con Línea 8. Diez minutos parados en UAM”, y “Estamos parados en Línea 8 en estación Apatlaco, ¿qué pasa?”. Estos testimonios reflejan la urgencia y el descontento generalizado entre los usuarios, quienes exigían una solución pronta.
En respuesta a la creciente presión, el Metro CDMX anunció que se había agilizado la circulación de los trenes tras retirar el tren averiado para su revisión. No obstante, las quejas continuaron, indicando que los retrasos persistían y afectaban otras líneas como la Línea A, que conecta Pantitlán con La Paz. Según la cuenta oficial, estos retrasos se debieron principalmente a la alta afluencia de pasajeros durante las horas pico, y no a fallas técnicas.
El incidente refleja un problema recurrente en el sistema de transporte de la capital mexicana, donde la infraestructura a menudo se ve sobrepasada por la demanda diaria. Mientras se trabaja en mejorar la eficiencia y minimizar las interrupciones, los usuarios deben enfrentarse a los desafíos que surgen de un servicio esencial, pero a veces impredecible.