La llegada del otoño transforma Huesca en un atractivo destino del norte de España, ideal para quienes desean conectar con la naturaleza. Durante esta estación, los paisajes se tiñen de tonos dorados y las aguas se convierten en verdaderas postales que invitan a la contemplación y el relax.
En esta provincia aragonesa, los viajeros pueden explorar una variedad de piscinas naturales, que van desde pozas cristalinas hasta cascadas ocultas. Estos espacios, a diferencia de las piscinas tradicionales, ofrecen un entorno donde la belleza natural prevalece sobre la intervención humana, permitiendo al visitante disfrutar de la serenidad de montañas, valles y bosques.
Salto de Pozán de Vero
Ubicado en la comarca del Somontano de Barbastro, el Salto de Pozán de Vero es una cascada artificial que alimenta una poza de aguas extraordinariamente claras. Este lugar, rodeado de vegetación y tranquilidad, es perfecto para los que buscan un refugio cuando las temperaturas son elevadas, convirtiéndose en un destino popular tanto para locales como para turistas.
Gorga de Boltaña y Salto de Bierge
El río Ara da vida a la Gorga de Boltaña, un espacio que ofrece una piscina natural de aguas frescas, ideal para refrescarse en los días más calurosos. Su fácil acceso y la proximidad a un puente la hacen accesible para familias y excursionistas. Por otro lado, el Salto de Bierge, en el Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara, atrae a quienes buscan una experiencia más salvaje, en un entorno rodeado de imponentes paredes rocosas.
Badina bajo el puente de Pedruel y Pozas de Belsué
En el valle de Rodellar, la badina bajo el puente de Pedruel se presenta como un lugar ideal para quienes practican barranquismo en las cercanas Gorgas Negras. Estas pozas, con su agua tranquila y transparente, son un punto de descanso perfecto. Asimismo, las Pozas de Belsué, ubicadas en la Sierra de Guara, ofrecen un entorno menos transitado, con aguas de un intenso color esmeralda y un acceso que requiere cierta caminata, recompensando el esfuerzo con la belleza del lugar.
Pozas del Barranco de Ascaso y Presa de Isín
Ascaso, un pequeño pueblo en el Prepirineo, alberga un conjunto de pozas talladas en roca caliza, donde la naturaleza invita a disfrutar del nudismo en un ambiente de libertad. Por su parte, la Presa de Isín, en el valle de Acumuer, se presenta como un enclave apartado, ideal para quienes buscan tranquilidad y conexión auténtica con el paisaje.
Embalses de Búbal y de Lanuza
En el impresionante valle de Tena, los embalses de Búbal y Lanuza ofrecen espacios ideales para actividades acuáticas y baño. Con acceso a deportes como el kayak y paddle surf, estos embalses son un atractivo tanto para familias como para aventureros que buscan disfrutar de la belleza del Pirineo.
Finalmente, el río Bellós, cerca de Puyarruego, presenta varias pozas pequeñas y apartadas, siendo la Fuente de los Baños la más destacada por sus propiedades curativas según la tradición local. Estos lugares no solo ofrecen un baño refrescante, sino que también son parte del rico imaginario cultural de la comarca.