Detienen en Tabasco a adolescente armado vinculado a secuestros y asesinatos
Autoridades en Tabasco arrestaron esta semana a un adolescente conocido como “El Niño Sicario”, a quien se le acusa de participar en secuestros y asesinatos en las zonas de Centro y Paraíso. El joven fue capturado portando una subametralladora tipo Uzi, que intentó utilizar contra los agentes para evitar su detención.
La captura del menor vuelve a encender las alarmas sobre el alarmante reclutamiento de niñez y adolescencia por el crimen organizado en México. Expertos en derechos humanos advierten que la edad promedio de reclutamiento se ha reducido drásticamente, con niños de entre 9 y 11 años siendo adoctrinados para integrarse a estas redes criminales.
Crisis creciente: miles de niños en riesgo de explotación criminal
Organizaciones civiles estiman que entre 145 mil y 250 mil menores están en riesgo de ser utilizados por grupos delictivos en todo el país. La detención de menores involucrados en narcomenudeo ha alcanzado niveles récord en los últimos años, reflejando una tendencia preocupante.
Además del impacto en Tabasco, otros casos han marcado la atención nacional. En 2010, el caso de “El Ponchis” estremeció al país: un menor detenido en Morelos confesó haber asesinado y mutilado bajo órdenes directas del Cártel de los Beltrán Leyva, mostrando la brutal realidad detrás del reclutamiento infantil.
En Tamaulipas, la historia de “Juanito Pistolas”, capturado a los 13 años en 2015 y luego liberado por ser menor de edad, ilustra las dificultades del sistema para detener el avance delictivo de estos niños y adolescentes, ya que continuó su actividad criminal hasta ser abatido años después.
En 2025, conmocionó la noticia de “El Chapito”, un joven sicario de 14 años acusado de haber asesinado a ocho personas durante una fiesta, mostrando la escalada de violencia y deterioro social que sigue afectando a la infancia en México.
Factores que explican el reclutamiento infantil en México
Expertos señalan que detrás de esta crisis hay múltiples factores: pobreza extrema, abandono social, falta de acceso a educación y servicios básicos, y la búsqueda de poder y dinero fácil que los cárteles prometen a los jóvenes vulnerables. Estos elementos facilitan que grupos criminales atraigan a niños y adolescentes a sus filas.
Especialistas en derechos humanos insisten en que muchos de estos menores son víctimas de reclutamiento forzado y explotación. La falta de políticas públicas efectivas y programas de protección intensifica esta problemática, y el Estado mexicano enfrenta una deuda histórica para garantizar la protección integral de estos niños.
¿Qué sigue? La urgencia de atender una crisis que no da tregua
La detención de “El Niño Sicario” representa un recordatorio urgente de una crisis persistente que sigue fortaleciendo estructuras criminales y debilitando la seguridad en México. Las autoridades y sociedad civil deberán redoblar esfuerzos para ofrecer alternativas reales y proteger a la niñez en situación de riesgo.
Mientras tanto, el país observa con preocupación cómo el crimen organizado continúa reclutando a menores con la impunidad que les otorga su edad, lo que demanda acciones inmediatas para frenar esta alarmante tendencia que pone en jaque el futuro de México.
