Desarrollo revolucionario en rescates: un grupo de investigadores del Instituto Politécnico de Worcester ha creado drones diminutos inspirados en murciélagos que pueden operar en la oscuridad, con humo o tormentas, ofreciendo una solución crítica para emergencias nocturnas y desastres naturales.
Nitin Sanket, profesor asistente de ingeniería robótica, explicó que estos drones utilizan una avanzada tecnología de ecolocalización para “ver” mediante pulsos ultrasónicos, imitando la navegación de los murciélagos. Gracias a una subvención de la Fundación Nacional de Ciencias, lograron un dron tan pequeño que cabe en la palma de la mano, hecho de materiales económicos y con una eficiencia energética que supera a los drones convencionales.
Rescate en condiciones extremas y sin luz
Aunque la búsqueda y rescate con drones ya es una realidad en el mundo, con casos recientes en Pakistán, California y Canadá, estos nuevos drones abren un nuevo capítulo al poder operar en condiciones donde la visibilidad es casi nula. “Cuando ocurre un terremoto o tsunami, casi siempre se corta la electricidad y la búsqueda debe ser inmediata, incluso de noche”, enfatiza Sanket.
Durante una demostración, el equipo pudo controlar estos drones en una habitación oscura con niebla y nieve artificial, y los robots detectaron obstáculos translúcidos que drones tradicionales ni siquiera perciben. Esto podría significar la diferencia entre encontrar sobrevivientes a tiempo o perder vidas en emergencias reales.
El siguiente paso: drones autónomos en enjambre
Para maximizar el impacto, Ryan Williams, profesor asociado en Virginia Tech, trabaja en que estos drones no solo vuelen de forma manual, sino que se desplieguen en enjambres autónomos que tomen decisiones sobre dónde buscar. El modelo se apoya en datos históricos de miles de casos de personas desaparecidas para predecir movimientos y ubicar zonas con mayor probabilidad de encontrar víctimas.
“El desafío es alto, porque hoy los drones operan con control humano y en condiciones óptimas. Queremos crear sistemas autónomos que puedan trabajar en escenarios impredecibles y riesgosos”, señaló Williams.
Innovación con retos técnicos y futuro prometedor
El proyecto no estuvo exento de dificultades: el ruido producido por las hélices interfería con la ecolocalización ultrasónica, por lo que diseñaron carcasas impresas en 3D para reducir las vibraciones. También aplicaron inteligencia artificial para que el dron interprete correctamente las señales de eco. Sin embargo, reconocen que no están aún al nivel de los murciélagos reales, que pueden detectar incluso un cabello humano a metros de distancia.
“No estamos ni cerca de lo que la naturaleza ha logrado, pero el objetivo es que estos drones sean útiles en misiones reales pronto”, afirmó Sanket.
Con la creciente incidencia de desastres naturales y la necesidad urgente de tecnologías que salven vidas rápidamente, esta innovación representa un paso fundamental para México y el mundo. La posibilidad de desplegar drones pequeños, económicos y efectivos en condiciones adversas puede transformar las estrategias de búsqueda y rescate en zonas remotas o afectadas por tormentas, terremotos e inundaciones.
Lo que sigue: el equipo continuará desarrollando la autonomía y la capacidad sensorial de los drones, mientras colaboran con grupos internacionales de emergencia para incorporar esta tecnología en diciembre de 2025, según los avances reportados.
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