En una jornada marcada por la disciplina y la estrategia, más de 5,000 cadetes del Sistema Educativo Militar se reunieron en el Campo Militar 37-C, ubicado en San Miguel de los Jagüeyes, Estado de México. Este ejercicio anual, que se llevó a cabo el 11 de julio de 2025, es una plataforma fundamental donde los jóvenes aplican los conocimientos teóricos adquiridos en sus aulas, enfrentándose a un escenario hipotético de invasión al país.
Los cadetes, que provienen del Heroico Colegio Militar y diversas escuelas de formación, tales como las de Ingenieros, Aviación y Medicina Militar, participaron en un simulacro diseñado para poner a prueba su capacidad de respuesta ante situaciones de crisis. Bajo la dirección del general Carlos Elizondo Serrano, los jóvenes se dividieron en dos bandos: los “azules”, que representaban a las fuerzas nacionales, y los “rojos”, que simularon ser la amenaza hostil.
El ejercicio se estructuró en un contexto en el que se planteó una invasión a través del Golfo de México. En este marco, los cadetes demostraron su formación en tácticas de guerra, incluyendo operaciones ofensivas y defensivas, así como estrategias de guerrilla y contraguerrilla. “Para llevar a cabo la defensa de la integridad, independencia y soberanía del territorio nacional, es esencial que los alumnos apliquen lo aprendido en sus estudios”, afirmó el general Elizondo, enfatizando la importancia de la formación práctica.
Durante la actividad, que se extendió por aproximadamente 20 minutos, los cadetes contaron con el apoyo de vehículos terrestres y un escuadrón aéreo que partió de la base de Santa Lucía. Este despliegue no solo representó un ejercicio de coordinación y estrategia, sino que también puso de manifiesto la relevancia de la seguridad nacional y la preparación militar en el contexto actual.
El general Elizondo también destacó que el objetivo primordial de estos simulacros es que los cadetes comprendan y apliquen los principios de seguridad nacional, tanto en la defensa exterior como en la seguridad interior. “Estamos a disposición del Presidente y del Ejecutivo de la Nación para garantizar la seguridad nacional”, subrayó, resaltando la necesidad de que los cadetes no solo se enfoquen en adquirir conocimientos teóricos, sino que los implementen efectivamente en situaciones de mando.
Además, el ejercicio incluyó la participación de la Guardia Nacional, cuyo papel estratégico fue garantizar la seguridad en la retaguardia, lo que abarca el traslado y custodia de prisioneros, un aspecto crucial en cualquier operación militar. Esta colaboración entre diferentes ramas del servicio demuestra la integración y el trabajo en equipo que son vitales en situaciones de emergencia.
Antes del inicio del ejercicio, los cadetes ofrecieron a la prensa una muestra de su formación, que abarcó desde servicios de intendencia, logística de materiales bélicos, hasta atención de enfermería y operaciones de hospital de campaña. Esta presentación no solo sirvió para resaltar la preparación integral de los cadetes, sino que también evidenció el compromiso de las Fuerzas Armadas con la formación de profesionales capaces de enfrentar los retos del futuro.
A medida que concluyó el simulacro, el general Elizondo compartió un balance positivo de la actividad, destacando la efectividad y el profesionalismo demostrado por los cadetes en el campo de entrenamiento. Con estas prácticas, el Sistema Educativo Militar no solo busca formar a los futuros líderes de las Fuerzas Armadas, sino también garantizar que estén listos para defender la soberanía nacional en cualquier circunstancia.