Un reciente estudio revela que la forma en que se diseñan las ciudades tiene un impacto significativo en los hábitos de caminata de sus habitantes. Este análisis, publicado en la revista Nature, sugiere que las áreas más transitables fomentan un mayor desplazamiento a pie, lo que a su vez contribuye a mejorar la salud de sus ciudadanos.
La investigación, que involucró a alrededor de 5,000 usuarios de una aplicación de salud en 1,609 ciudades de Estados Unidos, encontró que caminar regularmente puede reducir considerablemente el riesgo de mortalidad. Un estudio de 2023 destacó que dar 4,000 pasos diarios puede disminuir este riesgo, y que por cada mil pasos adicionales el riesgo se reduce en un 15%.
Los investigadores utilizaron la herramienta Walk Score, que mide la “amigabilidad” para caminar de un lugar en una escala del 1 al 100, basándose en factores como la cercanía a servicios y la disponibilidad de actividades cotidianas. A partir de datos anónimos de 2.1 millones de personas que utilizaron la aplicación Argus para contabilizar sus pasos entre 2013 y 2016, el equipo se centró en un grupo específico que se había mudado a una nueva vivienda durante al menos tres meses.
El análisis incluyó a 5,424 personas que se desplazaron entre ciudades con diferentes puntuaciones en Walk Score. Los resultados fueron claros: cuando una persona se trasladaba a una ciudad con una puntuación significativamente diferente, su promedio de pasos diarios variaba notablemente. En particular, cuando la diferencia era mayor a 48 puntos, el promedio de pasos aumentaba o disminuía en aproximadamente 1,100 pasos diarios.
Un seguimiento más detallado se realizó con 178 individuos que se mudaron a Nueva York, que tiene una puntuación de 89 sobre 100 en Walk Score. Estos participantes aumentaron su promedio de pasos de 5,600 a 7,000 diarios tras su traslado. Por el contrario, aquellos que se mudaron desde Nueva York a ciudades con menor transitabilidad reportaron una disminución promedio de 1,400 pasos al día.
“El estudio demuestra que la cantidad de pasos que damos al día no solo es una cuestión de motivación. Hay muchos más factores que influyen. El hecho de que el entorno esté diseñado para que las personas puedan ir caminando a los sitios donde desarrollan su vida es determinante”, afirma Tim Althoff, investigador de la Universidad de Washington y coautor del estudio.
Los hallazgos de esta investigación destacan la importancia de un diseño urbano que priorice la movilidad peatonal. Los autores sugieren que estos resultados pueden servir como guía para que las ciudades implementen políticas que promuevan la salud pública a través de un mejor diseño de sus espacios urbanos.
Con una creciente preocupación por la salud pública y el bienestar de las comunidades, este estudio enfatiza que la planificación urbana no solo debe enfocarse en la estética o la infraestructura, sino también en cómo los entornos construidos pueden facilitar un estilo de vida más activo y saludable. La relación entre la transitabilidad de una ciudad y el comportamiento de sus habitantes es un aspecto que merece atención en la formulación de políticas urbanas y de salud pública.