Actualización urgente: Investigadores de la UNAM han descubierto un nuevo linaje de mamut en la cuenca de México, un hallazgo que podría cambiar nuestra comprensión sobre la evolución de estas especies. Este avance, realizado por el equipo liderado por Federico Sánchez Quinto del Laboratorio Internacional de Investigación sobre el Genoma Humano (LIIGH), incorpora por primera vez datos de latitudes tropicales en el estudio de los mamuts.
Hasta ahora, la investigación se había enfocado en ejemplares de Estados Unidos y Canadá, pero el análisis reciente muestra que los mamuts de México tienen linajes mitocondriales muy diferentes a los previamente reportados. Esto no solo amplía el conocimiento sobre la megafauna en el continente, sino que también fortalece la paleogenómica mexicana como una disciplina clave en el estudio de nuestra historia natural.
“Es el primer estudio genético de megafauna en el país. Haber conseguido la capacidad técnica, de recursos humanos e infraestructura para hacerlo aquí, nos permite saber más de nuestra historia natural”, afirmó María del Carmen Ávila Arcos, del LIIGH. Este descubrimiento se da en un contexto donde la comprensión de la biodiversidad y la evolución de especies es crucial para la conservación y el estudio del pasado.
El hallazgo no solo tiene implicaciones científicas, sino que también resuena emocionalmente, conectando a los mexicanos con su herencia natural. La identificación de estos nuevos linajes de mamut podría abrir nuevas vías de investigación y fomentar un mayor interés en la paleontología y la conservación en el país.
Este desarrollo se produce en un momento donde la ciencia mexicana se posiciona cada vez más en el ámbito internacional, resaltando la importancia de la investigación local en temas globales. Los investigadores continúan trabajando para desentrañar más secretos sobre estos fascinantes mamíferos que habitaron América.
Los resultados se publicarán en una próxima edición de UNAM Global, y se anticipa una creciente atención hacia la paleogenómica en el país. Este descubrimiento augura un futuro prometedor para la investigación científica en México y su potencial para revelar más sobre nuestro pasado.