Estados Unidos y China alcanzan un acuerdo crucial que está revolucionando el mercado global de tierras raras, el “oro tecnológico” de nuestra era. La reunión reciente entre Donald Trump y Xi Jinping en Corea del Sur detonó una tregua comercial con enormes implicaciones. Trump aceptó reducir los aranceles a productos chinos del 57% al 47%, mientras China suspendió por un año los controles a la exportación de tierras raras, componentes esenciales para millones de dispositivos avanzados.
Esta decisión afecta directamente a industrias tecnológicas, automotrices y militares a nivel global. Un ejemplo claro es el uso de tierras raras en productos como el iPhone (con elementos como lantano, cerio y neodimio), vehículos eléctricos como Tesla o BYD, y equipos sofisticados como máquinas de resonancia magnética y sistemas de defensa que dependen entre un 15 y 20% de la economía estadounidense.
La oportunidad para México en la cadena de tierras raras
Aunque México restringe por ley la inversión directa en la extracción de tierras raras, la apertura en Estados Unidos —donde MP Materials, empresa basada en Nevada y con producción en California, acaba de firmar un contrato por 400 millones de dólares con el Pentágono— crea un ecosistema donde empresas mexicanas pueden insertarse. El Pentágono se compromete a comprar todos los imanes producidos por MP Materials en los próximos 10 años, elevando el valor de la compañía a más de 5,438 millones de dólares según Bloomberg.
Además, la empresa Vulcan Elements también está vinculada con suministros clave para la defensa de Estados Unidos, fortaleciendo la industria norteamericana de tierras raras.
Servicios y tecnología mexicana en auge
Las firmas mexicanas que podrían aprovechar esta demanda son las que ofrecen equipos para minería, automatización y soluciones ambientales, tales como SynerTech México, CAM y Lasec. Estas compañías especializadas pueden convertirse en piezas fundamentales para la modernización y sostenibilidad de las operaciones mineras que tanto Estados Unidos como otros mercados demandan.
El contexto es clave: la minería de tierras raras es altamente contaminante, lo que llevó a los países occidentales a restringir esta actividad desde los años 80. Hoy, China controla cerca del 70% de la producción global, pero está bajo presión para liberar el suministro, dando paso a una reconfiguración industrial que impacta directamente en México.
¿Qué sigue para la región?
La efervescencia actual abre la puerta para que México y sus empresas expandan su rol más allá de la extracción. Las conexiones y relaciones, históricamente una fortaleza mexicana, podrán ser la clave para insertarse en las cadenas globales de suministro de tierras raras y sus servicios relacionados.
Mientras tanto, en el sector tecnológico otro desarrollo se perfila con fuerza: la colaboración entre Foxconn y Nvidia en chips avanzados para autos autónomos, un mercado emergente que cambia el paradigma industrial en México y el mundo.
La industria global de tierras raras se está reconfigurando ahora mismo con decisiones políticas y comerciales de alto impacto que colocan a México frente a nuevas oportunidades y retos. Atentos, porque estas “tierras raras” están por convertirse en el motor de fortunas inesperadas para quienes sepan aprovecharlas.
						
									





























































