Nuevos reportes confirman que las personas con un alto nivel educativo podrían enfrentar un deterioro cognitivo más acelerado tras ser diagnosticadas con Alzheimer, según un estudio de la Universidad de Boston publicado en la revista Journal of Alzheimer’s Disease. Este hallazgo sugiere que, aunque el diagnóstico pueda tardar más en llegar, el deterioro es más rápido una vez que se presenta la enfermedad.
La investigación, realizada por un equipo encabezado por la doctora Jinying Chen, analizó datos de más de 1,300 adultos mayores diagnosticados con Alzheimer en clínicas de memoria de Inglaterra, Alemania y Francia. Las pruebas iniciales revelan que las personas con mayor formación educativa podrían ocultar síntomas durante más tiempo, lo que significa que es crucial que médicos y familias estén alerta a cambios sutiles en la memoria y el pensamiento.
Los investigadores emplearon el Mini-Mental State Examination (MMSE), una prueba común para detectar deterioro cognitivo, y encontraron que las puntuaciones disminuyen más rápidamente en individuos con 12 años o más de educación. Este resultado destaca la importancia de la reserva cognitiva, que permite que algunos pacientes toleren mejor los efectos de la enfermedad antes de que se manifiesten los síntomas.
Chen enfatiza que “los médicos y las familias deben estar especialmente atentos a los cambios tempranos”, lo que indica que la detección temprana puede facilitar un tratamiento más efectivo y planificación anticipada para las familias afectadas. Se espera que futuras pruebas digitales autoadministradas, especialmente aquellas que utilizan dispositivos móviles, ofrezcan un método más rápido y accesible para detectar cambios en la cognición.
Este estudio marca un avance significativo en la comprensión de cómo el nivel educativo puede influir en el diagnóstico y el manejo del Alzheimer. “Una detección más temprana significa que las familias pueden planificar antes y los médicos pueden iniciar tratamientos que pueden ayudar a ralentizar la enfermedad”, concluyó la doctora Chen.
Los hallazgos subrayan la necesidad de una mayor conciencia sobre los primeros signos de la enfermedad, especialmente en aquellos con un alto nivel educativo que podrían no mostrar síntomas evidentes al principio. La comunidad médica debe adaptarse a estas nuevas realidades para ofrecer el mejor apoyo posible a los pacientes y sus familias.