Estados Unidos despliega helicópteros de combate cerca de Venezuela y eleva tensión en Caribe
Estados Unidos ha desplegado helicópteros de combate a menos de 90 millas náuticas —unos 145 kilómetros— de la costa venezolana, confirmó un funcionario anónimo esta semana, en medio de un incremento notable de las tensiones entre Washington y Caracas.
Los modelos MH-6 Little Bird y MH-60 Black Hawk, aeronaves de operaciones especiales, realizaron maniobras en aguas próximas a Trinidad y Tobago y zonas clave para la producción petrolera y gasífera de Venezuela. Aunque el gobierno estadounidense insiste en que estos vuelos forman parte de ejercicios militares de rutina, la proximidad y el tipo de aeronaves movilizadas han despertado preocupación internacional.
Contexto de conflicto y acusaciones mutuas
El despliegue ocurre en un momento de alta fricción política entre Estados Unidos y Venezuela. Recientemente, el expresidente Donald Trump confirmó operaciones encubiertas de la CIA dentro de Venezuela con el argumento oficial de combatir el narcotráfico y el crimen organizado. Washington acusa a funcionarios cercanos al presidente Nicolás Maduro de integrar el llamado “Cártel de los Soles,” acusado de facilitar el paso de drogas hacia Estados Unidos.
Desde Caracas, rechazan categóricamente esas acusaciones, calificándolas como una excusa para justificar acciones hostiles y la violación de su soberanía. Además, en las últimas semanas, Estados Unidos ha atacado embarcaciones presuntamente relacionadas con el tráfico de drogas en el Caribe, en ocasiones muy cerca de aguas venezolanas.
El gobierno venezolano presentó una queja formal ante el Consejo de Seguridad de la ONU para denunciar estas acciones como ilegales y una amenaza directa contra su soberanía nacional. El incremento de maniobras militares estadounidenses en la región preocupa a analistas, que advierten sobre el riesgo de una escalada que podría afectar la estabilidad energética y política del Caribe.
Impacto y perspectivas
Esta situación pone en jaque la frágil calma regional y aumenta la incertidumbre sobre la seguridad en el área, donde México mantiene intereses en la estabilidad energética y el control del tráfico ilícito.
La presencia de helicópteros de combate y fuerzas especiales a menos de 145 km de territorio venezolano sostiene un ambiente de desconfianza extrema, y aunque se presenten como ejercicios de rutina, el mensaje es claro: Washington mantiene una postura agresiva y de constante vigilancia sobre Venezuela.
Las próximas semanas serán decisivas para observar si este despliegue se traduce en una mayor presión diplomática o incluso en operaciones más directas en la región, lo que pone en riesgo la estabilidad no solo de Venezuela, sino de todo el Caribe.
Por ahora, la región sigue en estado de alerta mientras Estados Unidos insiste en justificar sus acciones como parte de la lucha contra el narcotráfico, pero el riesgo de un choque mayor sigue latente.