El consumo de café en Colombia ha sorprendido a muchos extranjeros, especialmente la práctica de beberlo por la noche. El creador de contenido Cowddle expresó su asombro en un video de TikTok, preguntando cómo los colombianos pueden tomar café en horarios nocturnos sin que esto afecte su descanso.
Según Cowddle, su propia experiencia con la cafeína es muy diferente, ya que afirmó que no puede consumir ni una Coca-Cola por la tarde sin que esto repercuta en su sueño nocturno. Esta costumbre de disfrutar del café al final del día es un rasgo cultural que ha generado conversación en redes sociales.
Datos de Usage Food Panel destacan que el 52% de los colombianos consume café durante el desayuno, mientras que un 12% lo incluye en la cena. Esta cifra resalta cómo el café es parte integral de la vida diaria, incluso en momentos que para otros serían inusuales.
Además, el consumo per cápita de café en Colombia se sitúa en 3,8 kilogramos anuales, según información de Kantar. Este panorama muestra que no solo se trata de los horarios, sino también de la cantidad consumida, reflejando una cultura cafetera rica y diversa.
El interés por el café de alta calidad ha crecido notablemente, con un aumento del 53% en las ventas de café premium entre marzo de 2023 y marzo de 2024. Esto indica que uno de cada cuatro hogares está dispuesto a invertir en productos de café de mayor calidad, buscando experiencias más sofisticadas.
La relación entre el café y la leche es otro aspecto fundamental de la tradición cafetera en el país. El 48% de las ocasiones de consumo incluyen café con leche, siendo más común en el desayuno y la cena. De hecho, el 69% de los colombianos que beben café caliente en la noche prefieren hacerlo con leche, lo que refuerza la complementariedad de estos productos en la dieta nacional.
Desde edades tempranas, el café forma parte de la cultura alimentaria en Colombia. En otros países de la región, como Brasil, los niños suelen consumir pequeñas cantidades de café con leche desde los seis años. En Colombia y México, la introducción del café se da alrededor de los ocho años, en un contexto donde esta bebida es parte de las comidas familiares.
Curiosamente, a pesar de que el clima frío podría asociarse con un mayor consumo de café, la región del Pacífico es la principal compradora de esta bebida en Colombia, con Cali liderando en consumo. Esto sugiere que la tolerancia al café no se debe a una predisposición genética, sino a la familiaridad y la adaptación a su consumo desde la infancia.