Félix Luna, reconocido historiador argentino, vuelve a encender el debate sobre la compleja relación entre el radicalismo y el peronismo, revelando en sus textos una historia marcada por torturas, corrupción y rupturas políticas que aún resuenan en América Latina.
Félix Luna y su legado sobre el radicalismo y el peronismo
Fundador de la emblemática revista Todo es Historia, Luna dedicó su obra a analizar profundamente el giro que sufrió la Unión Cívica Radical (UCR), alejándose de sus raíces liberales originales para abrazar corporativamente el estatismo y el peronismo. Conocido por su rigurosa investigación, Luna fue detenido y torturado en 1951 durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón, experiencia que marcó su visión crítica sobre el régimen.
Las investigaciones de Luna destacan las contradicciones históricas que atravesaron a Argentina desde el auge de la UCR con figuras como Hipólito Yrigoyen, hasta la radicalización de las políticas peronistas que, según el historiador, condujeron a un sistema asfixiante, plagado de corrupción, controles autoritarios y violaciones a los derechos humanos.
Las preocupantes prácticas de Yrigoyen y el radicalismo
Aunque Yrigoyen fue una figura clave para la UCR, Luna destaca prácticas autoritarias como la intervención sin ley de provincias, desprecio por el Congreso, incremento desmedido de la deuda pública y el debilitamiento del federalismo fiscal bajo su mandato. Estas acciones evidencian, según Luna, una desviación fundamental del radicalismo respecto a los principios liberales originales de 1853/60.
El fundador radical de 1895 incluso calificó a Yrigoyen de “pérfido traidor”, reflejando las tensiones internas que derivaron en un cambio de rumbo político y la posterior adhesión del partido a la Internacional Socialista en 1945, profundizando una línea estatista incompatible con el liberalismo inicial.
Peronismo: corrupción, represión y mito persistente
Sobre Juan Domingo Perón, Luna escribió con contundencia en su trilogía Perón y su tiempo, subrayando que su llegada al poder en 1946 se dio en “condiciones excepcionalmente favorables” pero que sus gobiernos instauraron un régimen “exhausto” y plagado de arbitrariedades.
El historiador denuncia que Perón fomentó persecuciones, torturas y favoritismo político que beneficiaron a pseudoempresarios aliados del Estado. Cita discursos y cartas del propio Perón que evidencian su apoyo a la violencia extrema contra opositores, como su amenaza de levantar horcas para colgarlos y correspondencia laudatoria con regímenes tiránicos como el de Mao en plena represión.
Asimismo, el fenómeno peronista está íntimamente ligado al establecimiento del sistema sindical fascista copiado de Mussolini, leyes opresivas de alquileres, inflación galopante y un vertiginoso aumento de la pobreza que Luna contrasta fuertemente con la prosperidad previa a 1946, cuando Argentina destacaba como potencia económica global con salarios que superaban a países europeos y a Estados Unidos.
Métodos autoritarios y legado persistente
La triple alianza entre Estado, sindicatos y empresarios corruptos -materializada en la tristemente célebre organización paramilitar Ala de Plata (Triple A)- marcó un legado de violencia sistemática contra opositores. Luna recuerda además los dichos del ministro de Perón, José Ber Gelbard, responsable de políticas económicas que aumentaron la inflación y aplicaron controles de precios tan rígidos que vaciaron los mercados.
El historiador también resalta la opinión del escritor peruano Mario Vargas Llosa, quien calificó al peronismo como “la fuente de todos los males argentinos”, y del argentino Jorge Luis Borges, quien expresó su horror por el régimen peronista en idénticos términos que a la dictadura de Rosas.
Lecciones para México y América Latina hoy
Félix Luna no pertenecía al liberalismo clásico, pero su defensa ferviente de las instituciones libres y la república democrática ofrece lecciones potentes para las democracias latinoamericanas, incluida México. El actual contexto político en la región, con amenazas constantes al estado de derecho y tentaciones estatistas, exige una revisión crítica de los excesos estatales y la defensa de libertades.
El legado de Luna, que combina rigurosidad histórica con un análisis profundo del impacto emocional y social, es un llamado urgente a evitar repetir errores del pasado. Su invitación a repensar la historia argentina ante la persistencia del mito peronista y el abandono radical a sus principios fundacionales resuena como una alerta vigente en toda la región.
Las investigaciones de Luna continúan siendo un recurso imprescindible para quienes buscan entender los orígenes de la crisis estructural que atraviesan países latinoamericanos y las dinámicas que aún marcan sus destinos políticos y sociales.
“La Argentina era una fiesta antes del advenimiento de ese estatismo asfixiante y el régimen exhausto como resultado de tanta malaria” – Félix Luna
Mientras tanto, la historia sigue recordándonos que la búsqueda de soluciones sinceras pasa por examinar críticamente el pasado y enfrentar de frente las sombras que él reveló.
