Financiamiento pyme sigue complicándose en año electoral con tasas históricas
Las pymes argentinas enfrentan una crisis financiera que se agrava en este año electoral, marcado por una elevada incertidumbre política y económica. La volatilidad y el endurecimiento del sistema bancario tienen a las pequeñas y microempresas en una situación crítica buscando liquidez a cualquier costo.
Este 2025, las tasas de interés para financiamiento se disparan a niveles récord con cifras que oscilan entre 49% y 125% anual según el tipo de operación y el respaldo recibido. En particular, las pymes sin aval de las Sociedades de Garantía Reciproca (SGR) enfrentan intereses anuladores que duplican e incluso triplican el costo habitual del crédito bancario.
SGR, la tabla de salvación para más de 33,000 empresas en crisis
Gracias a su función de avalistas, las SGR se convirtieron en una pieza clave para el financiamiento pyme, al facilitar acceso a créditos con tasas más competitivas y plazos extendidos. En 2024, más de 33,000 empresas accedieron a créditos por unos USD 1,200 millones a través de estas garantías, donde 7 de cada 10 avales fueron para microempresas.
Juan José Preciado, CEO de Ricsa ALyC, destacó que el sistema bancario concentra el riesgo en las SGR, lo que permitió operaciones con tasas entre el 26% y 30% anual y plazos largos de hasta cinco años. Sin embargo, la demanda comenzó a caer con la reciente desaceleración económica.
La lucha por liquidez obliga a medidas desesperadas con altos riesgos
En este entorno, los empresarios deben decidir entre tomar deuda bancaria, vender dólares ahorrados o desprenderse de stock. Cada opción conlleva un alto costo financiero y de riesgo operativo. La estrategia más importante es preservar la liquidez y mantener el empleo para evitar la caída del negocio.
Otra fuente común de financiamiento rápido es el descubierto en cuenta corriente, con intereses entre 90% y 95% anual. Aunque ofrece liquidez inmediata, erosiona la rentabilidad y agrava la crisis de flujo de fondos.
Cadenas de pagos tensas y riesgo de morosidad récord
El impacto económico se amplifica porque las pymes priorizan sueldos y pagos a proveedores para mantener la operación y no perder talento clave, lo que prolonga la cadena de pagos y aumenta las tensiones.
Los riesgos de mora generalizada crecen peligrosamente. Se proyecta que la morosidad pueda aumentar del 1.1% actual hasta un 3.5% en escenarios adversos, alimentada por las altas tasas y un consumo deprimido.
Diferimiento de impuestos, última estrategia con alto costo oculto
Para sostener la gestión, algunas pymes acumulan deuda fiscal priorizando sueldos y proveedores, enfrentando multas e intereses muy elevados. La autoridad tributaria nacional ARAC aplica un interés resarcitorio mensual del 2.75% y uno punitorio del 3.5%, mientras que en provincias como Buenos Aires las tasas superan el 6%.
Este diferimiento es táctico pero compromete la liquidez futura y puede hacer insostenible la recuperación a mediano plazo.
Perspectivas inciertas y urgencia por sobrevivir
El curso del proceso electoral y las políticas económicas que se definan serán determinantes para el futuro inmediato de las pymes. La continuidad de la incertidumbre pondrá una presión aún mayor sobre las cadenas de pago y el acceso al crédito, profundizando la recesión.
En este contexto, cada decisión financiera es una jugada clave para la supervivencia. Los empresarios deben identificar el costo de oportunidad más razonable, optando entre deuda bancaria, venta de activos en dólares o manejo de inventarios, siempre con un enfoque en preservar la liquidez y el equipo humano.
Para México y el resto de América Latina, este panorama es un espejo del riesgo latente que enfrentan las pequeñas empresas en economías con incertidumbre política y tasas elevadas. Las soluciones como las SGR juegan un rol vital que deberán replicarse para evitar una crisis productiva más profunda.
Juan José Preciado: “Las SGR fueron esenciales cuando los bancos endurecieron sus líneas y ahora asumen el riesgo que ellos ya no quieren”
En resumen, las pymes están contra la pared, con financiamiento cada vez más caro y menos accesible. La clave para estos negocios es resistir, luchando por cada punto porcentual de tasa y cada cheque descontado para no quedar fuera del mercado en 2025.