ACTUALIZACIÓN URGENTE: La coalición Fuerza Patria se alista para las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires, programadas para mañana, en medio de intensos conflictos internos y un clima de tensión creciente.
Un alto funcionario del peronismo, cercano a Axel Kicillof, declaró: “Para nosotros la interna terminó. Ya dimos vuelta la página. Lo que viene es construir un plan de gobierno para 2027.” Este mensaje está dirigido específicamente a La Cámpora, el rival histórico que marca la agenda del partido.
En una intervención contundente, el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, afirmó: “El domingo vamos a llenar las urnas de votos y el lunes empezamos a construir el triunfo, para en 2027 sacar a Milei y que Kicillof sea el presidente de los argentinos.” Este deseo de unidad y victoria se presenta en un contexto donde las acusaciones de corrupción han sacudido a la oposición, debilitando su base.
Con el telón de fondo de denuncias que involucran a miembros del gobierno nacional, como el ex titular de la Agencia Nacional de Discapacidad, Diego Spagnuolo, y la familia Milei, el peronismo busca aprovechar la oportunidad para debilitar la popularidad de La Libertad Avanza (LLA).
Los líderes peronistas han reconocido que, independientemente del resultado de mañana, un ciclo político está en juego. La falta de una respuesta efectiva del gobierno ante la crisis política ha permitido que se concentren en una campaña ordenada pero con tensiones internas.
Kicillof ha liderado eventos junto a candidatos de todas las vertientes del peronismo, mientras que otros, como Massa y Grabois, han hecho recorridos por su cuenta. Sin un comando de campaña unificado, se ha establecido una única narrativa: votar al peronismo es votar en contra de Milei.
A medida que se acercan las elecciones, la perspectiva es que Fuerza Patria puede ser competitiva en los distritos clave, sobre todo en las secciones Primera y Tercera, donde las proyecciones de votos son positivas. Se anticipa que la aparición de terceras fuerzas en secciones como la Segunda y Cuarta absorberá votos libertarios cruciales.
Si el peronismo logra una victoria, el camino hacia las elecciones de octubre será más manejable. En caso contrario, las divisiones internas podrían intensificarse, poniendo en riesgo la cohesión del kirchnerismo.
Las elecciones de mañana no solo decidirán el futuro legislativo, sino que también definirán si el gobierno nacional puede consolidarse en el distrito electoral más importante del país o si el peronismo comenzará a resurgir desde las calles de Buenos Aires.
Con una tregua temporal y una estrategia enfocada en la movilización territorial, los intendentes del peronismo están dispuestos a hacer un gran esfuerzo para renovar los concejos deliberantes. La clave será la tracción de votos desde la base hacia arriba, con una historia que contar en cada boleta.
La carga simbólica de estas elecciones es alta; el futuro del peronismo y su capacidad de enfrentar el ascenso de Milei están en juego. Cada voto cuenta y los líderes están listos para movilizar a sus bases.
