El Gobierno aumentó a 3.51 pesos el margen operativo por litro de gas LP, pero distribuidores y expertos advierten que esta cifra es insuficiente para garantizar la sostenibilidad del sector y la seguridad en la distribución.
Tras un año de negociaciones y mesas técnicas, el 15 de agosto los distribuidores lograron un margen uniforme de 3.51 pesos por litro dentro del precio final al consumidor, anunciado como un alivio para la industria. Sin embargo, esta medida quedó lejos de cubrir costos básicos como salarios, combustible y mantenimiento de unidades, advirtieron líderes del sector.
Margin insuficiente pone en riesgo la operación y seguridad
Beatriz Marcelino, presidenta de la consultora Grupo Ciita, explicó que el aumento es un “respiro” pero insuficiente. Señaló que el sector necesita al menos 4.60 pesos por litro para cubrir todos los gastos y mantener inversiones en transporte y equipos seguros.
“Con ese margen aún no se puede invertir en unidades de transporte ni equipos nuevos, lo que puede traducirse en riesgos tanto para los gaseros como para la población,” dijo Marcelino.
La precariedad financiera pone en riesgo la seguridad, como lo reveló la reciente explosión de una pipa de gas LP en el puente de La Concordia en Iztapalapa. Los expertos advierten que la prevención depende de contar con unidades en buen estado, capacitación constante y supervisión efectiva, todo lo cual requiere recursos económicos.
Contexto: precio máximo regulado y tensión histórica
La Comisión Reguladora de Energía (CRE), ahora extinta, impuso en agosto de 2021 un control riguroso con precios máximos diferenciados por región y actualizados semanalmente. Esto limitó el margen operativo a centavos y generó varias protestas y paros laborales de distribuidores y “hombres camión”.
El precio máximo vigente esta semana es de 10.64 pesos por litro, de los cuales cerca de 6 pesos corresponden al costo de la molécula (gas LP producido o importado), y sólo 3.51 pesos quedan para cubrir el margen operativo.
La fórmula que fija este tope no detalla porcentajes exactos y contiene un factor “K” que sigue siendo poco claro para la industria, lo que genera incertidumbre para los distribuidores y dificulta la planeación financiera.
Próximos pasos y desafíos regulatorios
La Secretaría de Energía (Sener) aseguró que el acuerdo protege al consumidor y mantiene al sector en funcionamiento, pero los distribuidores consideran que sólo posterga un problema grave y urgente.
Además, un nuevo reglamento de hidrocarburos está próximo a publicarse, el cual podría aumentar la carga regulatoria o simplificar procesos, pero en cualquier caso, la capacidad financiera será clave para que las empresas puedan cumplir con las nuevas exigencias.
Para miles de hogares mexicanos que dependen del gas LP para cocinar y calefacción, la estabilidad del sector es vital. Ocho de cada diez viviendas usan este energético y cualquier tensión en la cadena de suministro o incremento abrupto de precios podría afectar directamente a la población más vulnerable.
En este contexto, la industria seguirá presionando para que el margen por litro se acerque al 4.60 pesos señalado como necesario para evitar una crisis operativa que pueda derivar en riesgos mayores para trabajadores y usuarios.
El sector del gas LP permanece bajo vigilancia y la incertidumbre predomina mientras el Gobierno y distribuidores negocian el futuro inmediato de una industria estratégica para México.