El gobierno federal anunció este martes un apoyo de 950 pesos por tonelada de maíz para productores del Bajío, beneficio que alcanzará a más de 90 mil campesinos de la región. La medida se acordó durante las mesas de negociación con agricultores, impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum, quien destacó que el objetivo es fortalecer a los pequeños productores y avanzar hacia la autosuficiencia alimentaria en uno de los cultivos estratégicos para México.
Julio Berdegué Sacristán, titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), detalló que el apoyo se otorgará a productores con hasta 20 hectáreas, quienes representan entre 96% y 98% de los agricultores del Bajío, con un tope de 200 toneladas por productor.
Además, Berdegué explicó que se respaldará la producción de 1,400,000 toneladas de maíz y se ampliará el programa Cosechando Soberanía, que ofrece créditos con tasas preferenciales del 8.5% anual y seguros agropecuarios para proteger contra sequías, inundaciones o plagas.
Parte de este acuerdo incluye la creación del Sistema Mexicano de Ordenamiento de Mercado y Comercialización del Maíz, una política para reducir la incertidumbre en los precios al momento de la cosecha y brindar mayor estabilidad a los productores.
Productores rechazan apoyo y mantienen protestas
A pesar del anuncio, el Movimiento Agrícola Campesino calificó el apoyo como una “simulación” y rechazó la medida. Durante la jornada, productores realizaron cortes parciales en Guanajuato y Michoacán, exigiendo un precio mínimo de 7,200 pesos por tonelada, ya que consideran que los 950 pesos propuestos no cubren ni siquiera los costos básicos de insumos como fertilizantes, diésel y semillas.
Édgar Ortiz, representante de los productores de Jalisco, confirmó que las mesas de trabajo continuarán para definir las reglas de operación y mejorar el precio base de 5,200 pesos ofrecido inicialmente.
Por su parte, Rubén Vázquez de la Rosa, líder del Comité Promejoramiento del Agro Guanajuatense, informó que no todos los productores aceptaron el acuerdo y mantienen algunas movilizaciones para presionar por mejores condiciones.
La tensión sigue en aumento mientras productores buscan precios justos
Este conflicto se desarrolla en un contexto en que el gobierno busca reducir la dependencia mexicana de maíz importado y fortalecer el campo nacional, pero enfrenta la resistencia activa de campesinos que denuncian insuficiencia en los apoyos y precios que no cubren sus costos reales.
Con miles de productores afectados, la situación en el Bajío es crítica y puede afectar la estabilidad del mercado del maíz, al ser una región clave para la producción nacional.
Las negociaciones y protestas continúan hoy, y autoridades y representantes de campesinos trabajan para buscar soluciones que eviten una escalada mayor en los confrontamientos.
Atentos a los próximos movimientos que se produzcan en esta disputa, ya que impactan directamente en la producción alimentaria y la economía rural del país.
































































