Autoridades mexicanas asestaron un duro golpe al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) con la captura en Guadalajara de Armando Gómez Núñez, alias Máximo o Delta 1, considerado el tercero al mando y principal coordinador del violento brazo armado conocido como Los Deltas.
El arresto, confirmado por fuentes de la Guardia Nacional y el Ejército Mexicano, fue calificado como un éxito estratégico contra la estructura criminal que opera no solo en Jalisco, sino también en Michoacán, donde Los Deltas han incrementado su presencia mediante enfrentamientos y control territorial.
Máximo, cerebro de la violencia en Jalisco y Michoacán
Según un reporte de inteligencia filtrado por Guacamaya Leaks y confirmado por la Secretaría de la Defensa Nacional, Máximo fue el responsable de coordinar asesinatos, secuestros y extorsiones en territorios clave para el CJNG. Entre sus responsabilidades estaba la supervisión de actividades delictivas dentro del penal de Puente Grande y la expansión de la organización en Michoacán.
En mayo, un enfrentamiento en Cotija, Michoacán, dejó 10 sicarios abatidos. Los cuerpos mostraban equipo táctico con las siglas “Grupo Delta”, evidencia clara de la consolidación de esta célula en la entidad, donde también han destacado miembros como El Tierno y El Güero Loco, sindicados como reclutadores y operadores bajo el mando de Francisco Gudiño Haro, alias La Gallina.
La dupla de La Gallina y La Firma: terror y fraude en Puerto Vallarta
Francisco Gudiño Haro y Carlos Andrés Rivera Varela, alias La Gallina y La Firma respectivamente, han emergido como líderes de alto rango del brazo armado en Puerto Vallarta, reconocidos por el gobierno de Estados Unidos en 2021 por su participación en ataques violentos y homicidios de alto impacto, como el atentado contra el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, y el asesinato del exgobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval.
Además, están vinculados en complejos fraudes con tiempos compartidos en Puerto Vallarta, apoyados por Julio César Montero Pinzón, alias Comandante Tarjetas. Este entramado criminal combina violencia extrema con complicadas operaciones financieras para fortalecer el dominio territorial del CJNG.
Los Deltas y las “escuelas del crimen”
En marzo de este año, fuentes revelaron que La Gallina y Gonzalo Mendoza Gaytán, alias El Sapo, son los líderes detrás de los campos de adiestramiento del CJNG, incluyendo el conocido Rancho Izaguirre en Teuchitlán. Francisco Gudiño Haro es señalado como el principal reclutador de sicarios para estas “escuelas del crimen” que forman a los soldados del cartel.
Estos cuerpos armados operan bajo el mando superior de Juan Carlos González Valencia, alias El Pelón o El 03, hijastro de Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, y segundo al mando tras la caída de Rubén Oseguera Cervantes, El Menchito.
Expansión violenta en Michoacán y presencia en narcocorridos
La influencia de Los Deltas se extiende a Michoacán, donde varios de sus integrantes aparecen en narcocorridos que narran su lealtad y brutalidad. El Comandante Tierno y El Güero Loco son figuras destacadas en esta narrativa musical, reflejando el poder y el miedo que ejercen a nivel regional.
Asimismo, Francisco Gudiño Haro es asociado al alias El Plumas, figura recurrente en corridos tumbados de artistas populares como Luis R. Conríquez y Tito Double P, música que contribuye a la construcción del mito del CJNG y su presencia en el imaginario colectivo.
El CJNG bajo la lupa internacional
El modelo de franquicia del CJNG mantiene una estructura descentralizada pero acorde a las decisiones de la cúpula criminal, con El Mencho y El 03 al mando. Este sistema permite que células como Los Deltas mantengan autonomía pero siempre alineadas con los intereses del cartel en su expansión y control territorial, evidenciando la complejidad y peligrosidad de esta red criminal en México.
La detención de Máximo representa un paso necesario para debilitar la violencia en Jalisco y Michoacán, aunque el reto sigue siendo la lucha contra una organización con múltiples brazos armados y un sistema de poder profundamente arraigado.
Se esperan nuevas acciones de seguridad para desmantelar células como Los Deltas y contrarrestar su influencia en el narcotráfico y la violencia en el país.






























































