Un importante reves se ha presentado para la coalición gobernante en Japón, encabezada por el primer ministro Shigeru Ishiba, tras los resultados de las elecciones al Parlamento celebradas el pasado domingo. En un giro inesperado, la coalición, compuesta por el Partido Liberal Democrático (PLD) y su socio Komeito, perdió la mayoría en la Cámara Alta, obteniendo solo 47 escaños, cuando necesitaba al menos 50 para asegurar su control.
Los resultados, divulgados este lunes, revelan que la coalición gobernante cayó de 141 a 122 escaños en la Cámara Alta, lo que agrava su situación política, ya que también se había visto debilitada en la Cámara Baja durante las elecciones generales del pasado octubre. La combinación de estos resultados ha dejado a la coalición sin mayoría en ambas cámaras de la Dieta, el parlamento japonés, lo que podría poner en peligro la viabilidad del actual gobierno.
“Seguimos siendo el partido con mayor representación. A pesar del duro golpe y las muchas dificultades, mucha gente nos ha apoyado firmemente”, declaró Ishiba en una rueda de prensa. En este encuentro, el primer ministro enfatizó que continuará en su cargo, citando la situación política global y las “duras condiciones” que enfrenta Japón como factores que requieren estabilidad. Entre los desafíos mencionados, Ishiba hizo referencia a la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos, la inflación y el riesgo de desastres naturales.
La situación se complica aún más para Ishiba, ya que los partidos de la oposición han manifestado su intención de no unirse a ninguna coalición con el PLD, lo que limita las opciones del primer ministro para recuperar la mayoría parlamentaria. En este contexto, la atención se centra en el ascenso del partido de ultraderecha Sanseito, que ha sorprendido a muchos al convertirse en uno de los grandes ganadores de estas elecciones. Este partido, con su lema “Japón primero”, logró aumentar su representación en la Cámara Alta de dos a 14 escaños, permitiéndole presentar proyectos de ley.
En cuanto a la oposición, el Partido Demócrata Constitucional de Japón (PDC) se consolidó como la segunda fuerza con 22 escaños, mientras que el Partido Demócrata para el Pueblo (PPD) obtuvo 17. Además, el Partido japonés de la Restauración logró siete escaños, y el Partido Comunista y el populista de izquierda Reiwa se quedaron con tres cada uno.
Los resultados de estas elecciones también reflejan un aumento en la participación ciudadana, que alcanzó el 58.51%, un incremento significativo respecto al 52.05% registrado en las elecciones de 2022. Un dato notable fue que más de 26 millones de personas emitieron su voto anticipado, en un proceso que se llevó a cabo antes de la jornada festiva de este lunes. Asimismo, un récord de 42 mujeres obtuvieron escaños en la Cámara Alta, lo que representa más del 30% de los escaños repartidos, superando el anterior récord de 35 mujeres establecido en los comicios de 2022.
La pérdida de la mayoría en el Parlamento plantea un escenario complejo para Shigeru Ishiba y su gobierno. La situación no solo pone en tela de juicio su liderazgo, sino que también abre un período de incertidumbre política en Japón, donde el futuro del ejecutivo depende en gran medida de su capacidad para navegar en un ambiente adverso y de la respuesta de la oposición ante los nuevos resultados.
