La Iglesia Católica en Portugal acaba de lanzar juegos digitales y programas online para prevenir los abusos sexuales a menores, dirigidos a niños de entre 7 y 12 años. Esta iniciativa, presentada esta semana en Lisboa por la Conferencia Episcopal de Portugal (CEP), busca ayudar a niños y niñas a reconocer las señales de abuso y saber cómo actuar.
Los juegos forman parte de una estrategia educativa desarrollada por el Grupo Vita, creado hace casi dos años tras una investigación exhaustiva sobre la magnitud de los abusos sexuales cometidos dentro de la Iglesia Católica portuguesa. Este programa cuenta con el respaldo del ISCTE – Instituto Universitario de Lisboa y se orienta a aumentar la conciencia infantil sobre temas tan sensibles como las relaciones sanas, la privacidad, los cuerpos y el uso seguro de internet.
Prevención activa mediante tecnología y formación especializada
Los contenidos para niños se dividen en dos grupos de edad (7-9 y 10-12 años) y se ofrecen tanto en formato físico con cuadernos de actividades como digital con juegos interactivos. Estos recursos incluyen actividades educativas diversas como colorear, sopas de letras y preguntas de múltiples opciones, además de incorporar personajes con discapacidades como sordera o paraplejia para fomentar la sensibilización sobre diferentes vulnerabilidades.
Para impartir estos contenidos, los profesores o tutores deben estar vinculados a alguna entidad religiosa y recibir una formación online previa. De momento, se han programado cuatro cursos en línea para octubre, con la intención de ampliar la oferta y realizar capacitaciones presenciales próximamente, luego de solicitudes de varias escuelas.
Un problema grave con repercusiones globales
Durante la presentación, Rute Agulhas, líder del Grupo Vita, enfatizó que el objetivo no es cargar a los niños con responsabilidad, sino dotarlos de herramientas para identificar y reaccionar ante situaciones de abuso. Destacó que las agresiones pueden provenir tanto de personas cercanas como de extraños e incluso en entornos digitales, por lo que el programa cubre todas las posibles situaciones de riesgo.
“Tenemos agresores hombres y mujeres, cercanos o desconocidos, por eso queremos que los niños aprendan a reconocer las señales, lo que deben hacer y a quién acudir.”
Esta acción se enmarca en un momento crítico para la Iglesia portuguesa, que actualmente enfrenta un proceso de reparaciones económicas dirigidas a las víctimas. Hasta ahora, al menos 84 personas han solicitado compensaciones a través del Grupo Vita, mientras un informe independiente calcula que más de 4,800 menores pudieron ser abusados en seis décadas por miembros de la Iglesia.
Por qué esto importa a México y al mundo
En México, donde la prevención del abuso infantil es una prioridad nacional, esta iniciativa podría inspirar a diferentes instituciones a aprovechar tecnologías digitales para proteger a los menores. La adhesión de la Iglesia Católica latinoamericana a programas similares elevaría la conciencia y fortalecería la detección temprana y prevención de abusos.
La urgencia de la problemática y el compromiso de formar al personal docente vinculados a instituciones religiosas también reflejan una tendencia global hacia la educación preventiva inclusiva y enfocada en las emociones y el bienestar infantil.
Próximos pasos y expectativas
La CEP planea ampliar la formación a nivel presencial y digital, atendiendo la creciente demanda. Mientras tanto, la puesta en marcha de estos juegos digitales es un paso decisivo para capacitar a miles de niños y sus comunidades a enfrentar un problema tan delicado como el abuso sexual.
Para México, esto representa un modelo innovador y urgente que podría ayudar a prevenir daños irreparables, conectar con familias y educadores, y sacar provecho de las nuevas tecnologías para la protección infantil.
La Iglesia portuguesa ha dejado clara su intención de avanzar rápido y transformarse, a la vez que busca reparar el daño causado a miles de víctimas en el pasado. Este lanzamiento digital marca un antes y un después en su enfoque hacia la protección de la infancia.