Un reciente estudio de la Universidad de Tasmania indica que la frecuencia y el costo de los incendios forestales han aumentado de manera significativa a nivel global. Publicados en la revista Science, los hallazgos se basan en un exhaustivo análisis de datos de reaseguro y reportes internacionales sobre desastres, revelando una tendencia preocupante que exige una adaptación a un entorno más propenso a los incendios.
En particular, se ha observado que casi la mitad de los eventos más destructivos ocurridos en los últimos 44 años se concentraron en la última década. Esto se debe, en gran parte, a condiciones climáticas extremas que afectan regiones vulnerables y densamente pobladas. La humanidad ha coexistido con incendios forestales durante milenios; sin embargo, factores como el cambio climático, la mala gestión del suelo y la expansión hacia paisajes inflamables han incrementado los riesgos asociados.
A pesar de la creciente preocupación por este fenómeno, los investigadores señalaron que existe escasa evidencia sistemática sobre si los incendios forestales con consecuencias sociales y económicas significativas son cada vez más frecuentes o costosos. Esta falta de datos globales a largo plazo sobre los efectos socioeconómicos de los incendios forestales se debe en parte a que muchos gobiernos no hacen accesible al público dicha información.
Para abordar esta problemática, el equipo liderado por Calum Cunningham recopiló y armonizó dos bases de datos globales de desastres: NatCatSERVICE de Munich Re y la base de datos de eventos de emergencia EM-DAT. Este esfuerzo permitió examinar los desastres provocados por incendios forestales desde 1980 hasta 2023, evaluando tanto los impactos sociales como las pérdidas financieras de aquellos eventos que causaron 10 o más muertes o que se encontraban entre los 200 eventos más costosos en relación con el PIB nacional.
Los resultados revelan que los desastres causados por incendios forestales han crecido notablemente en las últimas cuatro décadas, con un aumento acelerado a partir de 2015. Desde 1980, los desastres económicos relacionados con incendios se han cuadruplicado, y el 43% de los 200 eventos más dañinos ocurrieron en la última década. Además, la frecuencia de eventos fatales a causa de incendios forestales ha aumentado, triplicándose en comparación con cifras de 1980.
Los investigadores atribuyen este aumento a una combinación de condiciones climáticas extremas que favorecen la aparición de incendios y factores humanos, entre los cuales se destacan la expansión de la interfaz urbano-forestal, cambios en el uso del suelo y políticas de supresión de incendios a largo plazo. A pesar de que los biomas propensos a incendios, como los bosques mediterráneos y boreales, son los más afectados, también se están registrando impactos significativos en diversas regiones, especialmente en las cercanías de áreas urbanas, donde las consecuencias financieras son especialmente notables.