Nuevos reportes confirman una ola de indignación en Estados Unidos tras la decisión de la cadena ABC de cancelar indefinidamente el programa nocturno de Jimmy Kimmel. La controversia surge después de que Kimmel hiciera comentarios sobre el asesinato del activista conservador Charlie Kirk, quien fue asesinado el 10 de septiembre en un acto al aire libre en una universidad de Utah.
La decisión de ABC ha sido criticada por muchos, quienes la consideran una forma de censura. Jean Smart, actriz y ganadora de múltiples premios Emmy, expresó su horror en Instagram, afirmando que “lo que dijo Jimmy era LIBERTAD de expresión, no discurso de odio”. La situación se intensifica con las declaraciones de Gavin Newsom, gobernador de California, quien indicó que esta acción es parte de una “censura coordinada y peligrosa” por parte del Partido Republicano.
Kimmel, en su intervención, sugirió que el acusado del asesinato, Tyler Robinson, era republicano y criticó a la “pandilla MAGA” por intentar distanciarlo de su ideología. Este comentario ha provocado reacciones de apoyo entre sus colegas, incluyendo a Michael Kosta y Mike Birbiglia, quienes han resaltado la gravedad del momento para la libertad de expresión en EE. UU.
El sindicato de actores de Hollywood, SAG-AFTRA, emitió un comunicado enfatizando que la “supresión de la libertad de expresión” es una amenaza a los derechos fundamentales. Chuck Schumer, líder demócrata en el Senado, considera que el caso de Kimmel debería llegar a los tribunales para proteger la democracia en el país.
Sin embargo, no todos están en contra de la decisión de ABC. El expresidente Donald Trump afirmó que Kimmel fue despedido más por sus bajos índices de audiencia que por sus comentarios. “Kimmel no tiene talento y debería haber sido despedido hace mucho”, dijo en una rueda de prensa.
Este episodio no solo pone en tela de juicio la libertad de expresión en los medios, sino que también refleja un clima político cada vez más tenso en Estados Unidos. Las reacciones continúan desarrollándose, y muchos observadores advierten que este podría ser solo el inicio de una campaña más amplia para silenciar a los críticos de la administración actual.
Los próximos días serán cruciales para evaluar cómo evolucionará esta situación y qué medidas se tomarán en defensa de la libertad de expresión en la televisión estadounidense.
