Un reciente informe de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), bajo el amparo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha puesto en el centro de atención a la bacteria Helicobacter pylori. Según sus hallazgos, esta bacteria, comúnmente presente en alimentos y agua contaminados, está estrechamente ligada a casi el 76% de los casos de cáncer de estómago a nivel mundial. Se estima que en las próximas décadas, alrededor de 11,9 millones de personas desarrollarán cáncer gástrico debido a esta infección.
El impacto de H. pylori no es uniforme en todas las regiones del mundo. Asia, y en particular países como India y China, se perfilan como las áreas más afectadas, concentrando el 68% de los casos futuros. En contraste, América Latina espera enfrentar aproximadamente dos millones de nuevos diagnósticos. Este panorama ha impulsado una llamada a la acción para mejorar las estrategias de prevención, con énfasis en programas de detección temprana y tratamiento.
El doctor Jin Young Park, líder del equipo de prevención de cáncer gástrico de la IARC, ha destacado que la implementación de programas de cribado podría reducir la incidencia de cáncer gástrico hasta en un 75%. Los esfuerzos por comprender mejor cómo la infección por H. pylori evoluciona hacia el cáncer continúan, aunque los expertos recuerdan que no todos los portadores desarrollan la enfermedad. Otros factores de riesgo, como hábitos alimenticios y exposición ambiental, también juegan un papel crucial.
En España, el cáncer gástrico ocupa el décimo lugar en términos de incidencia y el octavo en mortalidad, con cerca de 7,000 nuevos casos diagnosticados en 2024 según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). La mayoría de los diagnósticos corresponden a adenocarcinomas, que presentan variaciones clínicas significativas. Las tasas de incidencia son más altas en hombres y personas mayores, subrayando la necesidad de enfoques preventivos dirigidos.
La investigación de la IARC enfatiza la importancia de la vigilancia epidemiológica y la cooperación internacional. La erradicación de H. pylori podría ser un paso decisivo para reducir la carga mundial de este tipo de cáncer, especialmente en regiones donde la bacteria es endémica y el acceso a la atención médica es limitado. Con el avance de los estudios, el objetivo es no solo tratar a quienes ya están afectados, sino también prevenir futuros casos a través de una detección temprana eficaz y accesible.