La inflación en México vuelve a acelerarse y acaba de repuntar a 3.74% en la primera quincena de septiembre, confirmó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) al presentar sus datos más recientes.
Este aumento significa la tercera alza consecutiva en el indicador y confirma una trayectoria irregular que mantiene en alerta a economistas y autoridades. En la quincena previa, la inflación había registrado un nivel del 3.65%, por lo que el repunte es claro y confirma que los precios comienzan a presionar nuevamente el bolsillo de los mexicanos.
El Banco de México (Banxico) mantiene su objetivo de inflación en torno al 3.0% más o menos un punto porcentual, lo que implica que, pese a este repunte del INPC, la economía mexicana todavía no pierde el control absoluto de la inflación. Sin embargo, la tendencia refleja un proceso de desinflación mucho más lento de lo proyectado inicialmente.
Componentes de la inflación: subyacente y no subyacente
El INPC general se descompone en dos índices clave: uno subyacente, que excluye alimentos procesados y energéticos por su volatilidad, y otro no subyacente, que incluye estos precios más volátiles.
El índice subyacente presentó un leve incremento de 4.25% a 4.26% a tasa anual, mientras que el no subyacente subió significativamente de 1.66% a 2.01%. Esto significa que los precios de productos y servicios más volátiles están aumentando más rápido, lo que afecta directamente la percepción de estabilidad financiera por parte de las familias mexicanas.
Perspectivas y riesgos para la economía mexicana
“La trayectoria reciente confirma un ciclo de inflación con altibajos pero con cierta estabilidad, aunque la persistencia del componente subyacente elevado es preocupante”, señaló un análisis de Valmex Casa de Bolsa.
Este comportamiento irregular de la inflación significa que, aunque el entorno global muestra señales favorables con una posible relajación en política monetaria y menores presiones en materias primas, en México los precios aún no desaceleran al ritmo esperado.
Actualmente, la tasa de interés referencial del Banxico se mantiene en un nivel alto de 7.75%, lo que apunta a que la autoridad monetaria está en una etapa de posible recorte gradual y cauteloso en su ciclo de política monetaria.
¿Qué significa esto para los mexicanos?
El repunte de la inflación se traduce inmediatamente en un aumento en el costo de la vida, afectando especialmente a quienes destinan gran parte de su ingreso a alimentación, transporte y energía. La volatilidad en precios de productos básicos genera incertidumbre en el poder adquisitivo.
La economía mexicana, a pesar de mantener la inflación dentro del margen del objetivo del Banco Central, enfrenta un reto urgente para detener la escalada y evitar que se traduzca en mayores tasas de interés o presiones inflacionarias prolongadas.
Próximos pasos y monitoreo
Los próximos reportes del Inegi serán esenciales para confirmar si esta tendencia al alza continúa o si el proceso de desinflación puede recuperarse y estabilizarse. Mientras tanto, Banxico vigila de cerca la situación para ajustar su política monetaria según se requiera.
Para los mexicanos, la recomendación es anticipar posibles cambios en precios y mantenerse informados sobre decisiones económicas que impacten el día a día.
La inflación está subiendo y con ella la alarma sobre el costo real de vivir en México en este cierre de año que resulta cada vez más desafiante para millones.
