La industria audiovisual en Latinoamérica enfrenta un cambio radical ante la revolución tecnológica y la convergencia de plataformas que impulsan nuevos hábitos de consumo, con usuarios que ahora eligen qué ver, dónde y cuándo mediante streaming y aplicaciones digitales.
Argentina y Brasil lideran una modernización regulatoria clave que busca flexibilizar leyes y reducir cargas impositivas obsoletas para que el sector audiovisual pueda competir en igualdad de condiciones con servicios OTT, YouTube y plataformas digitales, que han borrado las fronteras entre telecomunicaciones y medios tradicionales.
Esta transformación regulatoria se traduce en acciones concretas: Argentina derogó el DNU 690/2020, eliminó la rigidez del must-carry y simplificó reportes regulatorios, mientras que Brasil suspendió obligaciones específicas para aliviar la presión sobre el sector. Ambas naciones reconocen que el mercado no se limita a la TV paga, sino que abarca un ecosistema amplio incluyendo agregadores, dispositivos digitales y servicios OTT.
Explosion de la piratería audiovisual y sus consecuencias
El mayor reto inmediato es la piratería audiovisual, considerada un flagelo con impacto financiero descomunal: pérdidas estimadas en casi 15,000 millones de dólares anuales y la eliminación de más de 70,000 empleos directos en la región. Además del daño económico, las plataformas pirata vulneran datos personales y alimentan redes criminales transnacionales.
“Combatir la piratería requiere no solo acciones conjuntas público-privadas, sino un marco regulatorio que incentive la oferta legal y competitiva de contenidos,” aseguran expertos del sector.
Carga fiscal y desigualdad entre competidores
Otro gran desafío es la carga impositiva excesiva y diferencial que enfrentan las empresas legales. En Argentina, las compañías pagan más de veinte tributos, con una presión fiscal superior al 40%, mientras que los piratas operan sin pagar un solo peso. Esta disparidad frena la inversión y limita la expansión de la industria.
La necesidad de desregular de forma inteligente va más allá de reducir impuestos; busca establecer un sistema justo, tecnológicamente neutral, que motive inversiones y garantice el acceso universal a contenidos de calidad sin perjudicar al consumidor.
Oportunidad histórica en América Latina
Especialistas y reguladores coinciden en que la región tiene una ventana única para convertirse en un motor de crecimiento económico y desarrollo cultural si logra alinear su regulación con la realidad tecnológica actual. Para México, cuya industria audiovisual crece y enfrenta retos similares, estas reformas pueden servir como un referente para impulsar su propio marco normativo.
Los cambios en Argentina y Brasil demuestran que modernizar las normas es indispensable para competir y proteger una industria que aporta empleo, diversidad cultural y acceso digital para millones.
La clave será mantener el impulso para que otros países latinoamericanos avances en reformas, combatan la piratería y disminuyan cargas fiscales negativas, mientras se asegura un régimen justo para productores, distribuidores y consumidores.
Con la transformación tecnológica desarrollándose en tiempo real, la industria audiovisual en México y la región observa con atención estas reformas que definen el futuro cercano de contenidos digitales.