Las lluvias monzónicas más intensas en décadas han devastado el noroeste de Pakistán, dejando un saldo trágico de al menos 274 muertos y comunidades completamente arrasadas. Equipos de emergencia recuperaron este domingo 54 cadáveres entre los escombros de viviendas destruidas en el distrito montañoso de Buner, según confirmación de Mohammad Suhail, portavoz de servicios de rescate. Las inundaciones han afectado gravemente a la provincia de Khyber Pakhtunkhwa desde el 26 de junio de 2023.
Impacto devastador en comunidades locales
Los torrentes de agua, lodo y rocas arrasaron aldeas enteras, sorprendiendo a los habitantes durante la noche. Sobrevivientes en Pir Baba han señalado la falta de alertas oportunas por parte de las autoridades, lo que podría haber evitado la tragedia. “Si hubieran usado los altavoces de las mezquitas, muchas vidas se habrían salvado”, declaró Mohammad Iqbal, un maestro local que presenció la catástrofe.
A pesar de las críticas, el gobierno pakistaní defendió su actuación. Inam Haider, jefe de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres, explicó que las lluvias fueron “tan repentinas” que hicieron imposible emitir alertas efectivas para la población.
Cambio climático y proyecciones adversas
El impacto de las inundaciones ha sido vinculado al cambio climático, ya que Pakistán está experimentando un aumento del 50% en las precipitaciones en comparación con el año anterior. Meteorólogos advierten sobre nuevas lluvias y deslizamientos de tierra que podrían ocurrir este lunes y martes. La situación no solo afecta a Pakistán; en la vecina Cachemira india también se reportan estragos, con 7 muertos en Kathua y 60 fallecidos en una peregrinación hindú en Chositi.
Aunque varios países han ofrecido ayuda internacional, Pakistán ha afirmado contar con los recursos suficientes para enfrentar la crisis. “Ningún sistema predice con exactitud lluvias súbitas”, afirmó Asfandyar Khan Khattak, funcionario provincial, defendiendo la capacidad del país para manejar la situación actual.