Irene Montero rompe el silencio sobre fallos en pulseras antimaltrato
Irene Montero, eurodiputada y secretaria política de Podemos, refutó categóricamente este martes las críticas por supuestos fallos en las pulseras antimaltrato, calificándolas como “una gran mentira” impulsada por la derecha judicial, política y mediática en España.
En una entrevista en TV3 recogida por Europa Press, Montero afirmó que las pulseras electrónicas utilizadas para proteger a mujeres víctimas de violencia desde 2013 nunca han fallado y destacó su efectividad comprobada: ninguna mujer ha sido asesinada mientras usaba estos dispositivos.
Claridad sobre el problema técnico y su impacto
Montero explicó que, aunque las pulseras mismas siempre han funcionado correctamente, hubo un proceso de migración de datos cuando se cambió la empresa responsable de su mantenimiento. Esto produjo una incapacidad temporal para acceder al historial de quebrantamientos de las órdenes de alejamiento, pero -insistió- en ningún momento las mujeres estuvieron desprotegidas.
El cambio se debió a la negativa de la empresa anterior a implementar mejoras en los dispositivos, lo que motivó que se adjudicara el servicio a una nueva compañía. Montero aclaró no tener datos precisos sobre la duración de esta incapacidad temporal, ya que no era ministra cuando ocurrió la transición.
El contexto político y social detrás del debate
Las acusaciones y críticas recientes por supuestos fallos han generado alarma en sectores políticos y sociales, poniendo en jaque uno de los mecanismos más valorados para proteger a víctimas de violencia de género en España. Montero atribuye estos ataques a una campaña orquestada por la derecha, que busca desprestigiar las políticas y avances en protección a mujeres.
En un país donde la violencia contra las mujeres sigue siendo un reto urgente, la defensa de estos dispositivos cobra máxima importancia para mantener alerta y protegidas a las víctimas con órdenes de alejamiento vigentes.
Lo que sigue: vigilancia y mejora continua
Este episodio plantea la necesidad de reforzar la transparencia y vigilancia en los contratos y operadores tecnológicos encargados de la protección de víctimas. Además, monitorear que no ocurran interrupciones en el acceso a información crítica será clave para evitar riesgos.
Para México y otros países que observan la eficacia de estos sistemas, el caso español ofrece un ejemplo para anticipar retos técnicos y políticos en la lucha contra la violencia de género con tecnología de protección personal.
Irene Montero reafirma que las pulseras antimaltrato siguen siendo uno de los mecanismos más efectivos para la seguridad de las mujeres, y que las denuncias sobre fallos son un intento de socavar este avance crucial.