ACTUALIZACIÓN URGENTE: Un bombardeo de la fuerza aérea israelí en Doha, Qatar, ha desatado una ola de preocupaciones en el Golfo Pérsico al apuntar a líderes de Hamas. Este ataque, realizado el 9 de septiembre, marca un cambio drástico en la estrategia israelí, que hasta ahora había evitado acciones en el emirato, tradicionalmente un mediador en el conflicto.
Los informes iniciales sugieren que el ataque se dirigió a una villa donde se creía que se reunían figuras clave de Hamas, incluidos Khalil al-Hayya, jefe del equipo negociador, y Khaled Meshal, ex líder del grupo. Aunque Hamas ha confirmado que seis personas murieron, aseguran que sus líderes sobrevivieron. Este ataque podría tener graves repercusiones no solo para la guerra en Gaza, que ya se acerca a su tercer año, sino también para las relaciones entre Estados Unidos, Israel y las naciones del Golfo.
El ataque se produce en un contexto de creciente tensión, justo después de que Donald Trump diera a Hamas una “última advertencia” para aceptar un nuevo acuerdo de alto el fuego. Este acuerdo, que exigía la liberación de 48 rehenes israelíes, se consideraba ventajoso para Israel, aunque algunos analistas sugieren que Hamas podría haberlo rechazado por su falta de firmeza.
Las repercusiones del ataque son inmediatas. Muchos temen que Qatar pierda su papel de mediador en el conflicto, y que las conversaciones de paz se reanuden en otro lugar, posiblemente Egipto. Si los líderes de Hamas han sido incapacitados, el poder recaerá en Izz al-Din al-Haddad, un comandante militar con escasa experiencia política.
Este ataque podría fortalecer la posición del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, pero también avivará el debate interno sobre la guerra en Gaza, que la mayoría de los israelíes desean que termine. Un grupo de familias de rehenes ha expresado su “profundo temor” por el impacto que este ataque podría tener en la vida de sus seres queridos.
Las críticas a Israel no se han hecho esperar. Muhammad bin Salman, el príncipe heredero saudí, calificó el ataque de “acto criminal”, mientras que el asesor diplomático de los Emiratos Árabes Unidos también condenó la acción como “traicionera”. Este clima de desconfianza podría complicar aún más las relaciones en la región, donde el apoyo de Qatar a grupos islamistas ha sido visto como problemático por otros países del Consejo de Cooperación del Golfo.
Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la Casa Blanca, afirmó que el ataque “no promueve los objetivos de Israel ni de Estados Unidos”, insinuando una falta de coordinación en la estrategia. La situación se complica aún más por el hecho de que Qatar alberga el comando central estadounidense, lo que genera dudas sobre la seguridad en la región.
Este ataque no solo representa un cambio en la política de Israel hacia Hamas, sino que también pone en jaque la estabilidad de un área ya volátil, donde la guerra en Gaza y las tensiones entre potencias regionales continúan creciendo. Los ojos del mundo están puestos en cómo se desarrollará esta situación en las próximas horas.
