Nuevos reportes confirman que Israel está evaluando una serie de medidas enérgicas contra Francia tras el reciente reconocimiento de Palestina por parte de París. Según el periódico Politico, funcionarios europeos y expertos afirman que el Gobierno israelí considera opciones drásticas, incluida la posible clausura del Consulado francés en Jerusalén, una medida que podría marcar un antes y un después en las relaciones entre ambos países.
La viceministra de Asuntos Exteriores de Israel, Sharren Haskel, admitió en una entrevista que esta opción está “sobre la mesa” del primer ministro Benjamín Netanyahu. La tensión entre Francia e Israel se intensifica, y analistas advierten que las represalias de Tel Aviv serán severas. El exembajador francés para asuntos mediterráneos, Karim Amellal, señaló que Israel “no se detendrá ante nada en términos de represalias”.
Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha amenazado con sanciones económicas si Israel no cesa su “guerra permanente” en Gaza. Macron, quien anunció en julio que Francia reconocería al Estado palestino, está impulsando un cambio significativo en la política europea hacia el conflicto. La Comisión Europea también está considerando imponer aranceles a las importaciones israelíes debido a las denuncias de violaciones de derechos humanos en Gaza y Cisjordania.
El ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar, declaró en su cuenta de X que cualquier medida en contra de Israel será respondida “en consecuencia”. Esta escalada de tensiones llega en un momento crítico, ya que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han intensificado su ofensiva en Gaza, con bombardeos aéreos y el despliegue de tanques en la ciudad.
Las implicaciones de este conflicto no solo afectan a la región, sino que también están causando un impacto en las relaciones internacionales. Con otros países como Canadá, Australia y Reino Unido mostrando disposición a reconocer a Palestina, la situación está en un punto de inflexión.
El deterioro de las relaciones entre Francia e Israel se vuelve cada vez más evidente, y la comunidad internacional mira con preocupación cómo se desarrollarán estos eventos. Las acciones futuras de ambos gobiernos serán cruciales para determinar el rumbo de este conflicto y sus repercusiones a nivel global.
Mientras tanto, el mundo observa atentamente cómo se desenvuelven estos acontecimientos, que podrían cambiar drásticamente el panorama político en el Medio Oriente y más allá.
