Nuevos reportes confirman que la percepción de inseguridad en México ha alcanzado un alarmante 63.2%, según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del Inegi, revelando una tendencia preocupante que no podemos ignorar. Este aumento se refleja especialmente en Culiacán y Ecatepec de Morelos, donde 9 de cada 10 personas se sienten inseguras en sus propias ciudades.
El informe, correspondiente al segundo trimestre de 2025, muestra que la sensación de inseguridad ha crecido desde el primer trimestre y supera el promedio del año pasado, lo que genera una alarma profunda en la población. Además, se ha registrado un incremento en la inseguridad en espacios públicos como calles, carreteras, transporte público y cajeros automáticos.
Un dato que resalta es que la mayoría de la población teme que la situación de inseguridad empeorará, lo que indica una desconfianza general en las medidas gubernamentales para abordar el problema. Este clima de inquietud se agrava con el hecho de que la extorsión ha alcanzado cifras récord, con 5,887 víctimas en el primer semestre de 2025, la cifra más alta desde que existen registros oficiales.
Los estados de Sinaloa, Colima y Morelos destacan por altos índices de homicidios, robos de autos y extorsiones, lo que impacta gravemente la confianza para invertir tanto en el mercado interno como a nivel internacional. La firma Kearney reportó que México descendió cuatro lugares en su índice de confianza para la inversión, lo que refleja la gravedad de la situación actual.
Ante este desafío enorme, es esencial que las autoridades implementen una estrategia efectiva que frene la normalización de la violencia y construya un país en paz. Desde el sector empresarial, se reconoce la disposición del gobierno federal al diálogo y la necesidad de abordar el delito de extorsión de manera más efectiva.
El gobierno ha anunciado una Estrategia Nacional contra la Extorsión, que incluye propuestas de reforma a la Constitución para investigar y sancionar este delito de forma homologada en todo el país. Sin embargo, todos debemos colaborar en la búsqueda de soluciones, trabajando junto a la Secretaría de Seguridad Pública, la Guardia Nacional, el Ejército, la Marina, las policías estatales y municipales, y los observatorios ciudadanos de seguridad pública.
La seguridad no es solo una responsabilidad del gobierno; cada ciudadano necesita sentirse seguro al caminar por la calle y cada negocio debe operar sin temor. La colaboración y el diálogo son cruciales para enfrentar esta crisis y construir un México más seguro.
La situación actual es un llamado a la acción: todos merecemos vivir en paz y es tiempo de unir esfuerzos para lograr un país que realmente garantice la seguridad de sus ciudadanos.
