ACTUALIZACIÓN: México entra en una nueva era judicial con la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) iniciando funciones, pero la legitimidad de sus nuevos ministros está bajo fuego. Desde el 1 de septiembre, por primera vez, los ministros han sido “elegidos” en un proceso de votación que se alega como “popular”, aunque la realidad es muy distinta.
Las críticas surgen tras la revelación de que el número de votantes fue mínimo y muchos de ellos fueron inducidos a participar, resultando en una corte compuesta principalmente por leales al régimen gobernante. Esta situación ha llevado a que algunos de los nuevos ministros se identifiquen abiertamente como “obradoristas”, lo que genera preocupación en sectores de la población que valoran la independencia judicial.
En medio de este contexto, el abogado y diputado de Movimiento Ciudadano, Gustavo de Hoyos Walther, ha señalado que la “elección” de los nuevos jueces carece de la legitimidad necesaria, lo que ha llevado a que la nueva SCJN sea apodada como la Corte del Acordeón. Este apodo refleja el temor de que la nueva corte pueda convertirse en un instrumento del poder ejecutivo, debilitando la separación de poderes y, en consecuencia, la justicia en el país.
Uno de los cambios más alarmantes proviene de un decreto publicado por la presidenta de la República en abril de 2025, que modifica la Ley Reglamentaria del Artículo 105 de la Constitución. Este cambio establece que las controversias constitucionales no suspenderán la norma cuestionada, lo que implica que el gobierno se está blindando contra acciones que puedan limitar su capacidad para modificar la Constitución, incluso si esto contraviene su espíritu.
Este nuevo marco judicial representa un riesgo político significativo, ya que cierra la puerta a la posibilidad de que los ciudadanos, a través de sus representantes, puedan desafiar arbitrariedades del gobierno. La falta de un sistema judicial independiente podría generar un creciente descontento social, lo cual podría derivar en inestabilidad y dificultades económicas, afectando la inversión y el clima de negocios en el país.
Gustavo de Hoyos Walther concluyó que, si bien se espera que la nueva SCJN actúe en beneficio de la justicia, las evidencias actuales no ofrecen motivos para confiar en que así será. El futuro inmediato de la justicia en México está en juego, y la sociedad observa con gran preocupación.
