La visita de Andrés Manuel López Obrador al restaurante Amor Eterno en Tecámac, Estado de México, revolucionó el destino de este establecimiento que apenas llevaba dos años abierto. Lo que parecía una tarde normal para el chef y dueño, Miguel Ángel Gutiérrez Piñal, se transformó en un momento clave de reconocimiento y crecimiento.
El chef recuerda bien esa tarde cuando camionetas con escoltas y personal del Ejército y Marina llegaron al lugar. La reserva la hizo una mujer llamada Paola, quien solicitó un espacio privado para probar los platillos sin revelar la identidad del comensal. Poco después, López Obrador descendió de la suburban para disfrutar junto a la gobernadora Delfina Gómez.
“Lo veo bajando de una suburban. Es muy amable, un tipazo”, comentó Miguel Ángel en entrevista con Aventureando MX, serie que documentó la historia detrás de Amor Eterno.
Desde ese preciso instante, la fama del restaurante creció exponencialmente. “Un día después llegó un chingo de gente, todos querían sentarse en la mesa donde comió el presidente”, relató el chef. Incluso reconoce públicamente: “todo se lo debo a AMLO”.
Una pasión por la cocina mexicana que nació desde niño
Miguel Ángel atribuye su amor por la gastronomía a su abuela materna, quien con humildes ingredientes lograba platillos memorables. Después de experiencias difíciles en su juventud y tras convertirse en padre, decidió abrir su primera taquería a los 17 años.
Aunque tuvo altibajos, estudió gastronomía formalmente, trabajó en el reconocido restaurante La Gruta Teotihuacán y se dedicó a dar clases, descubriendo su propósito: preservar y enaltecer la cocina tradicional mexicana.
Amor Eterno: un homenaje a la cultura y la sostenibilidad
Inaugurado el 6 de mayo de 2022, Amor Eterno se presenta como una galería de arte culinario que homenajea la historia gastronómica de México. El nombre, además de evocar la icónica canción de Juan Gabriel, es un tributo al amor eterno que el chef siente por su cocina y a la memoria de su padre.
El menú destaca la combinación de sabores tradicionales mexicanos con ingredientes prehispánicos, incluyendo opciones sorprendentes como tacos con chapulines, escorpiones y alacranes. Esta propuesta no solo resguarda la cultura, sino que busca la sostenibilidad al utilizar proteínas alternativas con menor impacto ambiental.
Entre los platillos más populares están las cachetadas de arrachera, esquites negros, sopa azteca y guacamole con chicharrón y chapulines. Los precios varían desde 32 pesos por tacos hasta 557 pesos por un molcajete familiar, con un promedio de consumo entre 280 y 840 pesos por persona.
El impacto inmediato y el futuro del restaurante
Tras la visita presidencial, Amor Eterno no solo incrementó su clientela, sino que ganó un espacio como punto cultural en Tecámac. El chef incorporó murales, cuadros de artistas locales, esculturas propias y música en vivo para enriquecer la experiencia.
“Este lugar es una expresión artística y cultural constante”, afirma Miguel Ángel mientras prepara nuevos proyectos para seguir impulsando la gastronomía mexicana con un enfoque sostenible.
El restaurante se ubica en Paseo Acueducto Manzana 38, Ozumbilla, Ojo de Agua, Tecámac y continúa atrayendo a un público que busca la autenticidad y la innovación dentro de la cocina nacional.
La historia de Amor Eterno es un claro ejemplo de cómo una oportunidad inesperada puede transformar un sueño en una realidad vibrante, y cómo la voz y presencia de un líder nacional pueden ser el motor para que una comunidad culinaria se fortalezca y crezca.
